martes, 28 de abril de 2009

Profecías Católicas: Santa Brígida de Suecia


Santa Brígida de Suecia

(1303-1373)


Madre, viuda, fundadora de la Orden del Santísimo Salvador
Mística, Patrona de Suecia. Proclamada por Juan Pablo II: Patrona de Europa


Santa Brígida nació en una familia noble y rica.
A la edad de diez años, Santa Brígida vió a nuestro Señor crucificado el cual le dijo: "Mira como sufro". Ella creyó que esto había ocurrido en ese mismo momento y le preguntó: ¿Oh, Señor quien ha hecho esto contigo? Y Él le contestó: Todos los que me odian y se olvidan de mi pasión y de mi amor.
A los 13 años fue dada en matrimonio y a los quince años se mudó con su esposo y tuvo ocho hijos entre ellos Santa Catalina quien sería la que continuaría la obra que ella dejaba a medio andar.
Después de la muerte de su esposo élla se convirtio en una monja y vendió sus propiedades y repartió esas riquezas entre los pobres.
El Señor la eligió como mediadora entre Dios y los hombres.
Las profecias se hicieron abundantes y se cumplieron a su debido tiempo. Al igual que en la Biblia, hay muchas profecias de Santa Brígida de Suecia que aún tienen vigencia y se cumplirán a su debido tiempo.

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Nuestro Señor reclama a Santa Brígida por el estado de la Iglesia e incluso amenaza con irse a los paganos, abandondando a los cristianos y castigándolos. Extractos de una de sus visiones y conversaciones con Nuestro Señor:

"Delante de todo el ejército celestial el Padre Eterno dice: 'Me quejo delante de vosotros de que desposé a Mi Hija con un hombre que la trata muy mal, y le sujeta los pies en un cepo, hasta que se le secan y quedan extenuados'. Respondió el Hijo: 'Esa es, Padre Mío, la que Yo redimí con Mi Sangre, y recibí por Esposa, pero que ahora tratan de arrebatármela violentamente'. Enseguida, dijo la Santísima Virgen: 'Vos Padre Eterno, Sois Mi Dios y Mi Señor, y traje en mis entrañas a Vuestro Bendito Hijo, que es verdadero Hijo Vuestro y verdadero Hijo mío. Mientras viví en el mundo hice vuestra voluntad, hacedme merced de apiadaros de Vuestra Hija'. Después decían los ángeles: 'Vos Sois nuestro Dios y Señor, y en Vos tenemos todo nuestro bien, y no necesitamos otro que a Vos. Cuando nació Vuestra Hija la Iglesia, todos nos alegramos, y ahora con razón podíamos entristecernos porque la vemos en manos de quien tan vil y afrentosamente la trata, compadeceos de Ella por vuestra gran misericordia, pues es mucha su miseria, y no hay quien la consuele, ni la libre, sino Vos, Señor Dios Omnipotente...'" ( Celestiales revelaciones..., págs. 61-62).

Sobre la Iglesia:


"Cerradas están las puertas del tálamo, esto es, de la Iglesia. ¨Qué significan las puertas sino la buena voluntad en el alma? Hállase esta cerrada sin producir ningún bien, mientras llevan a cabo la voluntad de tu enemigo; porque todo cuanto agrada y deleita al cuerpo, esto es lo que se ama y se honra y lo que se publica como santo y bueno, mientras que está puesto en olvido y abandonada Tu Voluntad que es que los hombres deben amarte con fervor, desearte con prudencia y dando por Ti todo con razón..." ( Celestiales revelaciones..., págs. 345-347).

San Ambrosio muestra a Santa Brígida el estado de la Iglesia y la cristiandad.

"Por estos gobernadores entiendo todos los señores que en el mundo tienen potestad espiritual y temporal; porque no pocos de éstos aman tanto su propia voluntad, que engolfados en las tempestades y borrascas del mundo, en la soberbia, en la codicia y en los placeres, no atienden el provecho de las almas de sus súbditos y los sigue el miserable vulgo, creyendo ir por el camino recto y de esta suerte perecen ellos, juntamente con sus súbditos, siguiendo cada uno el apetito de su voluntad" ( Celestiales revelationes..., págs. 141-142).

Nuestro Señor amenaza con irse donde los paganos:

"Y, pues, los cristianos me persiguen con sus malas obras y me echan de sus corazones, me iré a los paganos , que aunque ahora Mi Nombre les es insípido y amargo, llegará a serles más dulce que la miel".

Añade que si los católicos perseveran en su maldad, "vendré a ellos como gigante terrible, fuerte y áspero, porque vendré tan terrible para los cristianos, que ni el dedo pequeño se atreverán a mover contra Mi; tan fuerte, que serán ante Mi como un mosquito; y tan áspero que sentirán un dolor que no tendrá fin" ( Celestiales revelaciones..., págs. 100-101).

"Tomé para mí el linaje de los cristianos, los cuales eran hermosos para la fe, dulces para el amor de Dios y fructíferos por el buen trato. Mas ahora han degenerado de su primitivo estado, y son hermosos por el nombre, pero feos en su trato, fructíferos para el mundo y la carne, pero estériles para Dios y su alma, dulces para sí mismos, pero amarguísimos para Mi; por consiguiente, caerán y serán destruidos".

Aquí, en el libro está truncada la revelación. Continua de la siguiente manera: "Yo escogeré otra hierba algo áspera, esto es, los paganos, los cuales de buena gana se convertirán y me servirán si tuvieran quienes les ayudaran. De esta hierba sacará tanto dulce cuanto necesite para que me llene el colmenar... y crecerá admirablemente hasta llegar a gran hermosura" ( Celestiales revelaciones..., págs. 365-366).

Los cristianos serán espiritualmente siervos de los gentiles:

"Has de saber que todavía tendrán los gentiles tan gran devoción que los cristianos serán espiritualmente siervos de ellos y se cumplirá lo que dice la Escritura, que el pueblo que no entenderá me glorificará y se poblarán los desiertos, y cantarán todos: 'Gloria al Padre al Hijo y al Espiritu Santo'" ( Celestiales revelaciones..., pág. 412).


"Escogeré para Mi los pobres, esto es, los paganos menospreciados, a quienes diré: 'Entrad a descansar en el brazo de Mi amor'; pero a vosotros que deberíais ser míos y los menospreciasteis, vivid según vuestra voluntad, y cuando llegue Mi tiempo, que es el del juicio, os diré: 'Se os darán tantos tormentos, cuanto fue vuestro amor en querer el placer más que a Vuestro Dios'" ( Celestiales revelaciones..., págs. 530-531).

Admonestación a los que deberían defender a la Iglesia:

"Mi Justicia es firme como un monte, abrasadora como el fuego, espantosa como el trueno y pronta como una saeta.

"Me disteis la palabra de defender a mi Iglesia y de favorecer a los pobres, y tributais obsequios a mis enemigos; arrojais también mi bandera, y enarbolais la de mi adversario.

"Seguidme, pues, sino, seréis derretidos como la cera por medio el fuego. ¨Por qué rasgáis vuestra promesa? ¨Por qué menospreciáis vuestro juramento?" (Celestiales revelaciones..., págs. 110-112).

Dicen que soy misericordioso, y casi ninguno cree que soy Juez que juzgo justamente

"Aquel noble ejército real que viste, es la Santa Iglesia que edifiqué con mi Sangre y con la de mis Santos. Y con mucha caridad junté y puse en ella a mis escogidos y amigos. El fundamento de esta Iglesia es creer que soy Justo Juez y misericordioso, pero este fundamento lo han derribado y aportillado el muro, porque todos dicen que soy misericordioso, y casi ninguno cree que soy Juez que juzgo justamente. Me tienen por mal Juez, como lo sería el que de misericordia soltase y diese por libres a los culpados, para que afligiesen más a los inocentes. Pero se engañan, porque aunque misericordioso soy Justo Juez, de tal manera que ni aún el más mínimo pecado dejaré sin castigo, ni el más pequeño bien sin remuneración. Por esta mina y portillo que hicieron en el muro, han entrado en la Iglesia todos aquellos que sin temor alguno me ofenden; y con esto afirman que no soy Justo Juez; y de tal manera maltratan a mis amigos, que les sujetan con cepos como si fueran malhechores. Para mis amigos no hay día bueno, ni consuelo alguno, todo es afligirlos como si fueran unos malvados. Si hablan la verdad que de Mí han aprendido, se la reprueban y les dicen que son engañadores y mentirosos; desean hablar y oir lo que es justo y recto, pero, ni hay quien se lo oiga ni quien se lo diga. Y lo peor es que siendo Yo el Señor absoluto y Criador de todas las cosas, Soy blasfemado, pues dicen los malos: 'No sabemos si hay Dios, y aunque lo haya, nada nos importa'. Echan por los suelos mi bandera, y la pisan diciendo: '¨Por qué padeció Jesucristo muerte? ¨que nos aprovecha a nosotros? Haga lo que nosotros queremos, que eso basta, y no queremos su reino: téngaselo y gócelo El'". Deseo hallar entrada en el alma de estos tales, y ellos dicen: 'Antes moriremos que dejemos de hacer nuestra voluntad'.

"Ves aquí, querida esposa, cuales son los pecadores. Yo los hice con solo una palabra, y con solo otra pudiera destruir tanto a ellos como a su soberbia. Pero por los ruegos de Mi Madre y de todos los Santos, los consiento y sufro y los quiero convidar con la paz. Si la admitiesen los perdonaré; y si no, los castigaré con rigor en presencia de los ángeles y de los hombres como a ladrones públicos, y todos dirán que es justo el castigo que se les da. Y como a los ahorcados, que después de muertos y hechos cuartos, los ponen por los caminos y vienen los cuervos y les pican y comen, así éstos serán comidos por los demonios, mas nunca serán consumidos. Y como están metidos de pies en un cepo no hallan allí descanso ni sosiego, así estarán ellos cercados de temor y congoja. Un río de fuego entrará por su boca, y aún quedará en ellos vacío para nuevos y mayores castigos cada día. Pero, mis queridos amigos serán salvos y se consolarán con las palabras que salen de mis labios, y verán mi justicia y mi misericordia. Los armaré con el arnés fuerte de un amor y caridad, y de tal manera quedarán vigorosos, que postrarán en el suelo a los blasfemos y malos, como si fueran un poco de barro, y quedarán éstos corridos y avergonzados, experimentando mi justicia, porque abusaron de mi paciencia"
(Celestiales revelaciones..., págs. 41-43).

Fuente: El Cruzado

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