Lo primero es amar a Dios y si de veras le amas, "haz lo que quieras", porque es seguro que evitarás el pecado, o sea, el único mal verdadero que puede haber en la tierra. Evitarás el pecado mortal, y aun el venial deliberado y las ocasiones de pecar.
Cada día,
*Si puedes, oye la santa Misa todos los días y comulga en ella
*Ten a diario un ratito, si quiera 5 minutos de oración mental o meditación.
*Reza el santo Rosario, rézalo en familia.
*Lee a diario alguna página de algún libro bueno e instructivo
Cada semana.
*Descansa el domingo, porque lo manda Dios y la Iglesia; porque lo necesitan tu alma y tu cuerpo.
*Oye misa y sermón todos los días festivos, y lee en esos días algún libro religioso y espiritual.
Cada mes.
*Confiesa y comulga por lo menos cada mes.
Cada año.
*Bien te vendrían Ejercicios Espirituales.
*Confiésate y comulga por Pascua, pero no por mero cumplimiento. En Iberoamérica este período empieza el Domingo de Septuagésima y termina el 29 de junio.
*Observa los ayunos y abstinencias de la Santa Madre Iglesia.
¡Siempre!
*Vive siempre como quieras morir.
Finalmente, oye a Santa Teresa que te dice:
"Acuérdate que no tienes más que un alma - ni has de morir más que una vez - ni tienes más de una vida breve... ni hay más de una gloria, y esta eterna; y darás de mano a muchas cosas.
Tu deseo sea de ver a Dios - tu temor, si no le has de perder - tu dolor, que no le gozas - y tu gozo, de lo que te puede llevar allá; y vivirás con gran paz."
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