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lunes, 20 de julio de 2009
No tenemos el mismo modo de concebir la reconciliación
"El Cardenal Ratzinger la ve en el sentido de reducirnos de nuevo al Vaticano II. Nosotros, por el contrario, la vemos como un retorno de Roma a la Tradición. No nos entendemos. Es un diálogo de sordos. No puedo hablar demasiado del porvenir, puesto que el mío está detrás de mí. Pero si viviera áun un poco, y suponiendo que Roma nos llamara, que quisiera recibirnos, volver a hablar, entonces soy yo quien pondría las condiciones. Ya no aceptaría encontrarme en la situación en que nos ha dejado los coloquios. Eso ya terminó.
Yo colocaría la cuestión en el plano doctrinal. "¿Están de acuerdo con las grandes encíclicas de todos los Papas que les han precedido? ¿Están de acuerdo con la Quanta Cura de Pío IX, Immortale Dei, Libertas de León XIII, Pascendi de San Pío X, Quas Primas de Pío XI, Humani Generis de Pío XII? ¿Están ustedes en plena comunión con estos Papas y sus afirmaciones? ¿Aceptan todavía el juramento antimodernista? ¿Están a favor del reinado social de Nuestro Señor Jesucristo? Si no aceptan la doctrina de sus predecesores, entonces es inútil hablar. Mientras no acepten una reforma del Concilio teniendo en cuenta la doctrina de estos Papas que les han precedido, no hay diálogo posible. Es inútil. Las posturas serían más claras.
No nos opone algo de poca importancia. No basta con que se nos diga: pueden celebrar la antigua misa, sino que hay que aceptar todo esto. No, no es eso lo que nos opone, sino la doctrina. Está claro".
Mons. Marcel Lefebvre, entrevista de Fideliter, Nº 66, nov-dic de 1988.
Fuente: Panodigital
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