LA RELIGION DEMOSTRADA
Los fundamentos de la Fe católica ante la razón y la ciencia
por
P. Alberto Hillaire
Ex profesor del Seminario Mayor de Mende
Superior de los misioneros del Sagrado Corazón
Algunos comentarios sobre el libro:
P. A. Hillaire, La Religión demostrada o los fundamentos de la fe católica ante la razón y la ciencia (Librería Católica Internacional, Barcelona 1920, 3ª edición; versión castellana de la 16ª edición francesa por Monseñor Agustín Piaggio).
El prefacio de “La Religión demostrada…” del P. Hillaire está fechado el 8 de diciembre de 1900. Este notable libro tuvo una gran difusión en todo el orbe católico durante la primera mitad del siglo XX, pero luego cayó rápidamente en el olvido, en parte debido a la crisis general de la apologética católica, por influencia del ascenso del modernismo teológico, herejía que privilegió y antepuso el sentimiento y la experiencia subjetiva del creyente por sobre los principios objetivos de la fe y de la razón , subvertiendo así la forma correcta de argumentar del catolicismo verdadero tradicional. El grueso error del modernismo es su escepticismo y desconfianza en la capacidad natural de la inteligencia de conocer la verdad, por ello recurre en su angustia a lo afectivo y sensible para probar la validez de la creencia religiosa. Ese error modernista ha llevado a muchos católicos a perder la fe, a no corregir los errores, a no ser capaces de hacer brillar y prevalecer sus principios ante la increencia del hombre de hoy.
El prefacio de “La Religión demostrada…” del P. Hillaire está fechado el 8 de diciembre de 1900. Este notable libro tuvo una gran difusión en todo el orbe católico durante la primera mitad del siglo XX, pero luego cayó rápidamente en el olvido, en parte debido a la crisis general de la apologética católica, por influencia del ascenso del modernismo teológico, herejía que privilegió y antepuso el sentimiento y la experiencia subjetiva del creyente por sobre los principios objetivos de la fe y de la razón , subvertiendo así la forma correcta de argumentar del catolicismo verdadero tradicional. El grueso error del modernismo es su escepticismo y desconfianza en la capacidad natural de la inteligencia de conocer la verdad, por ello recurre en su angustia a lo afectivo y sensible para probar la validez de la creencia religiosa. Ese error modernista ha llevado a muchos católicos a perder la fe, a no corregir los errores, a no ser capaces de hacer brillar y prevalecer sus principios ante la increencia del hombre de hoy.
Algún modernista o algún ingenuo católico, que crea en el error del evolucionismo, dirá ¡este es un libro anacrónico!, nada más lejos de la verdad, a caso ¿alguien se atrevería a decir que no hay que leer la Sagrada Biblia o algún clásico por ser un libro viejo? De ninguna manera, porque la verdad no muta, a lo sumo mutan las contingencias, pero los primeros principios del ser y del pensar no cambían, a lo mucho se podrían explicitar mejor pero nada más.
La obra de Apologética del P. Alberto Hillaire "La Religión Demostrada", es una evidente demostración que la Fe y la razón son un binomio insuperable en toda búsqueda de la verdad. Sin duda que esta obra no puede ser desconocida por ningún católico que se reconozca como tal y menos en los tiempos de apostasía que corren, donde el error y la mentira pampean en los púlpitos, en las cátedras, en los magistrados, en las tribunas, en las escuelas, etc.
En suma, quien se niega a creer en Dios y a no ser católico es inexcusable como dice el Apóstol de los gentiles. La Divina Revelación y la recta razón lo señalan como un impio y una persona de mala voluntad.
PLAN DEL LIBRO
La parte primera y principal del libro (pp. 3-524) está estructurada en cinco capítulos que se corresponden con las siguientes cinco “verdades”:
“1ª. Hay un Dios criador de todos los seres.
2ª. El hombre, criatura de Dios, posee un alma espiritual, libre e inmortal.
3ª. El hombre necesita de una religión: sólo una religión es buena, y sólo una es verdadera.
4ª. La única religión verdadera es la religión cristiana.
5ª. La religión cristiana no se halla más que en la Iglesia católica.” (pp. 1-2).
En esta primera parte se fundamentan extensamente estas cinco “verdades”, por medio de 206 preguntas y respuestas.
En la segunda parte (pp. 525-568), titulada “¿Por qué somos católicos?”, el autor vuelve sobre los mismos temas, pero presentándolos de forma mucho más resumida. La estructura de esta parte es similar a la de la anterior, pero tiene una forma más práctica y silogística. Esta parte comprende cinco apartados que se corresponden con las siguientes cinco proposiciones:
“I. Todo hombre razonable debe creer en Dios, criador del mundo.
II. Todo hombre que cree en Dios, debe creer en la inmortalidad del alma, destinada a glorificar a su Criador.
III. Todo hombre que cree en Dios y en la inmortalidad del alma, debe practicar la religión exigida e impuesta por Dios.
IV. La religión impuesta por Dios es la religión cristiana: luego todo hombre que cree en Dios debe ser cristiano.
V. La religión cristiana no se halla más que en la Iglesia católica: luego todo cristiano debe ser católico.
Por consiguiente, todo hombre razonable debe ser católico.” (p. 525).
La tercera y última parte del libro (pp. 569-673) es un “Compendio de la doctrina cristiana”.
“1ª. Hay un Dios criador de todos los seres.
2ª. El hombre, criatura de Dios, posee un alma espiritual, libre e inmortal.
3ª. El hombre necesita de una religión: sólo una religión es buena, y sólo una es verdadera.
4ª. La única religión verdadera es la religión cristiana.
5ª. La religión cristiana no se halla más que en la Iglesia católica.” (pp. 1-2).
En esta primera parte se fundamentan extensamente estas cinco “verdades”, por medio de 206 preguntas y respuestas.
En la segunda parte (pp. 525-568), titulada “¿Por qué somos católicos?”, el autor vuelve sobre los mismos temas, pero presentándolos de forma mucho más resumida. La estructura de esta parte es similar a la de la anterior, pero tiene una forma más práctica y silogística. Esta parte comprende cinco apartados que se corresponden con las siguientes cinco proposiciones:
“I. Todo hombre razonable debe creer en Dios, criador del mundo.
II. Todo hombre que cree en Dios, debe creer en la inmortalidad del alma, destinada a glorificar a su Criador.
III. Todo hombre que cree en Dios y en la inmortalidad del alma, debe practicar la religión exigida e impuesta por Dios.
IV. La religión impuesta por Dios es la religión cristiana: luego todo hombre que cree en Dios debe ser cristiano.
V. La religión cristiana no se halla más que en la Iglesia católica: luego todo cristiano debe ser católico.
Por consiguiente, todo hombre razonable debe ser católico.” (p. 525).
La tercera y última parte del libro (pp. 569-673) es un “Compendio de la doctrina cristiana”.