viernes, 30 de abril de 2021

SALMO N°2 REBELIÓN DE LAS GENTES, comentado por SAN AGUSTÍN DE HIPONA


SAN AGUSTÍN Y EL ANGEL NIÑO

COMENTARIO AL SALMO 2
San Agustín de Hipona

Traducción: José Cosgaya García, OSA

Revisión: Pío de Luis Vizcaíno, OSA


1. [v. 1-2] ¿Por qué se amotinaron las naciones, y los pueblos hicieron proyectos vanos? Se aliaron los reyes de la tierra, y los caudillos tramaron un complot contra el Señor y contra su Ungido. Ese interrogante por qué denota la inutilidad de este gesto. Porque de hecho no alcanzaron sus objetivos: acabar con Cristo. El texto se aplica a los perseguidores del Señor mencionados también en los Hechos de los Apóstoles . 

2. [v. 3] Rompamos sus coyundas y sacudámonos su yugo. Aun contando con que existan otras posibilidades interpretativas, lo más indicado es aplicar este texto a aquellos a quienes acaba de decir que hicieron proyectos vanos. Lógicamente, rompamos sus coyundas y sacudámonos su yugo viene a decir: hagamos todo lo posible por que no nos eche el lazo, ni la religión cristiana sea algo que se nos imponga.

3. [v. 4] El que habita en el cielo se reirá de ellos y el Señor se burlará de ellos. Es una expresión iterativa. A la expresión el que habita en el cielo le corresponde la expresión paralela el Señor. Y a la expresión verbal se reirá le sigue paralelamente la expresión se burlará. De todos modos, nada de esto debe interpretarse en sentido materialista, como si Dios estuviera dotado de carrillos para reírse o de nariz para hacer burla. Lo que hay que poner de relieve en este pasaje es esa energía que confiere a sus santos. Al vislumbrar estos santos lo que está por venir, o sea, el nombre de Cristo y su señorío que se propagará a la posteridad y conquistará todas las naciones, comprenden que aquéllos no hicieron sino proyectar un plan totalmente inútil. En efecto, esta energía de que se han servido para conocer con antelación estas realidades es precisamente la risa y la burla de Dios. El que habita en el cielo se reirá de ellos. El cielo es aquí personificación de las almas santas. Por conducto de estas almas, Dios, quien por supuesto conoce con antelación lo que va a pasar, se reirá y se burlará de ellos.

4. [v. 5] Entonces les hablará con su ira y los espantará con su cólera. Expresándose más a las claras sobre cómo va a hablarles, dijo: Los espantará con su ira, es decir, con su cólera. La ira y la cólera del Señor no hay que interpretarlas en el sentido de una perturbación psíquica. Ambas son como una fuerza con que ejerce justísimamente el castigo, al estar sometida a su servicio toda criatura. Pero de hecho hay que examinar a fondo y tener bien presente lo escrito por Salomón: Tú, Señor de poder, juzgas sin perder la calma y nos gobiernas con gran respeto . Según eso, la ira de Dios es un movimiento que tiene su realización en el alma conocedora de la ley de Dios, al observar cómo el pecador se salta esta ley. Mediante este movimiento de las almas justas muchas cosas reciben justa sanción. Existe, de todos modos, la posibilidad de interpretar acertadamente la ira de Dios en el sentido de una ofuscación mental humana que acompaña a los transgresores de la ley de Dios.

5. [v. 6] Yo mismo he sido establecido por él como rey en Sión, su monte santo, para proclamar el decreto del Señor. Todo esto resulta evidente en la persona del mismo Señor nuestro, Jesucristo. Pero si, tal como hacen algunos, interpretamos el nombre de Sión en sentido de contemplación, no nos cabe otra posibilidad que reconocer en ella a la Iglesia, donde día a día sigue en pie la decisión de contemplar la claridad de Dios, tal como se expresa el Apóstol: Mas todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplamos la gloria del Señor . La interpretación, por consiguiente, es ésta: Yo mismo he sido establecido por él en calidad de rey sobre su Iglesia santa, a la que da el apelativo de monte por su elevación y su firmeza. Yo mismo he sido nombrado rey. Precisamente yo, cuyas coyundas y cuyo yugo trataban ellos de sacudirse. Para proclamar su decreto. ¿Quién no repara en este punto, si de hecho se realiza todos los días?

6. [v. 7] El Señor me ha dicho: Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy. Si bien es cierto que también podemos considerar este día como el día, consignado en la profecía, en que Jesucristo nació como hombre, sin embargo, este hoy tiene sentido de actualidad. Y, puesto que en la eternidad no hay asomo alguno de pasado como de algo que ha dejado de ser, ni tampoco lo hay de futuro como de algo que aún no tiene existencia, sino que en ella todo es presente y nada más que presente, ya que todo lo eterno existe siempre, este hoy lo interpretamos en sentido divino de acuerdo con el pasaje: Yo te he engendrado hoy. En ese mismo sentido en que la pureza de la fe cató1ica proclama la generación eterna del Poder y de la Sabiduría de Dios, que es el Hijo unigénito. 

7. [v. 8] Pídemelo y te daré en herencia las naciones. Este pasaje tiene ya sentido temporal aplicado al hombre asumido por Cristo, que se ofreció como sacrificio sustitutorio de todos los sacrificios y que también intercede por nosotros . De este modo, la expresión pídemelo está referida a esta misma gestión temporal en su totalidad, realizada en favor del género humano, teniendo como objetivo la inclusión de todas las naciones bajo el nombre cristiano, para que, liberadas de la muerte, sean posesión de Dios. Te daré en herencia las naciones, para que las poseas en bien de su salvación y para que te rindan frutos espirituales. En posesión los confines de la tierra. Es una repetición del mismo tópico. Confines de la tierra equivale a naciones: pero aquí aparece de modo más explícito la interpretación que abarca la totalidad de las naciones. En posesión es paralelo de en herencia.

8. [v. 9-10] Los gobernarás con cetro de hierro: con justicia inflexible. Y los quebrarás como jarro de loza. Es decir, quebrarás en ellos los apetitos terrenales, los negocios sucios del hombre viejo y todo cuanto en el hombre se ha condensado y recrecido de la arcilla pecadora. Y ahora, reyes, sed sensatos. Y ahora: quiere decir que, una vez renovados y una vez rota la envoltura de barro, es decir, los recipientes carnales del error, que constituyen una reliquia de la vida pasada. Ahora sed sensatos, siendo ya reyes, es decir, capaces de dominar cuanto en vosotros existe de servil y de bestial. Ahora que estáis capacitados para la lucha, no en plan como de azotar el aire, sino de castigar vuestros cuerpos y de reducirlos a servidumbre . Escarmentad todos los que regís la tierra. También este es un tópico repetido. Escarmentad es un paralelo de sed sensatos. Los que regís la tierra es un equivalente de reyes. Los que rigen la tierra personifican a los espirituales, porque todo lo que constituye objeto de nuestro juicio es inferior a nosotros. Por otra parte, todo cuanto cae bajo la esfera del hombre espiritual, recibe, como es lógico, la denominación de tierra, ya que está mortalmente herido a causa de las salpicaduras terrenales.

9. [v. 11] Servid al Señor con temor. Que no degenere en orgullo la fórmula de reyes que regís la tierra. Y regocijaos ante él con temblor. Acierto extraordinario ha sido añadir regocijaos, para no dar la impresión de que servir al Señor con temor contribuye a la desdicha. Por otra parte, para que aquel extremo no llegue a una explosión de temeridad, se ha añadido con temblor, para poner de relieve la cautela y la circunspecta salvaguardia de la tarea de la santidad. Cabe, asimismo, otra interpretación: Y ahora, reyes, sed sensatos. Es decir, ahora que me han hecho rey, no estéis tristes, reyes de la tierra, como si se os hubiera despojado de vuestras prerrogativas, sino sed sensatos y escarmentad. Lo que os conviene es situaros por debajo de aquel que os ofrece la sensatez y el escarmiento. Y esto os conviene para no ejercer vuestro dominio de manera temeraria, sino para servir al Señor de todos con temor y para que os alegréis con una dicha que ofrece todas las garantías de seguridad y sinceridad, siendo comedidos y circunspectos, para que el orgullo no os desbanque de esta dicha.

10. [v. 12] Aprended la lección, no sea que se irrite el Señor y os desviéis del camino justo. Es lo mismo dicho antes: Sed sensatos y escarmentad. Porque la sensatez y el escarmiento equivalen a aprender la lección. Sin embargo, en el imperativo aprended vemos señalada con toda claridad la existencia de una especie de fortificación o recinto blindado contra los obstáculos que pudiera surgir en caso de no haber aprendido la lección con tanto ahínco. Por lo demás, la expresión no sea que se irrite el Señor es una expresión de duda. No está en línea con la visión del profeta, depositario de certeza, sino en línea con aquellos que son objeto de amonestación. Porque resulta que quienes no gozan de una revelación incontestable suelen pensar en la ira de Dios rodeados de dudas. Por consiguiente, lo que deben decirse a sí mismos es esto: aprendamos la lección, no sea que se irrite el Señor y nos extraviemos del camino recto. Ya se ha explicado antes cómo hay que entender las palabras se irrite el Señor. Este es el tremendo castigo que aterroriza a quienes han llegado a saborear un poquito la dulzura de la justicia. Porque quien se extravía del camino de la justicia andará errante por los caminos de la maldad a costa de grandes miserias.

11. [v. 13] Cuando de pronto se inflame su ira, dichosos los que confían en él. Quiere esto decir que, cuando llegue la venganza que se está fraguando contra impíos y pecadores, no sólo no afectará a los que confían en el Señor, sino que les reportará gran utilidad para construir y dar altura al reino. Efectivamente, no ha dicho: Cuando de pronto se inflame su ira, seguros los que confían en él, como si lo único que fueran a sacar en limpio es quedar exentos de castigo. Lo que ha dicho es felices ellos, o sea, el colmo y la suma de todos los bienes. La expresión de pronto entraña, a mi modo de ver, el hecho de que será algo repentino, mientras que los pecadores seguirán considerándolo como algo remoto, como un futuro lejano.

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