HUMILLACIONES QUE VIVEN ALGUNOS BUENOS FIELES INCAUTOS AL "COMULGAR" DE RODILLAS EN LA "MISAS" DE LA IMPOSTORA IGLESIA CONCILIAR

 

En el último tiempo se ha vuelto habitual que los "obispos" y "sacerdotes" de la nueva Iglesia conciliar se nieguen a dar la "comunión" en la boca y de rodillas a sus fieles, lo que resulta ser para estos feligreses una experiencia insultante y humillante. Sabemos desde unos años que Celestino Aos siendo Administrador apostólico de la Arquidiócesis de Santiago de Chile, ahora "cardenal" y "arzobispo" nombrado por "Francisco", tuvo y tiene sistemáticamente esa conducta despectiva con los fieles de devoción tradicional. 

El editor del bog.

Veamos el siguiente video de otra situación semejante, ahora protagonizada por un "arzobispo" peruano:

PULSE EL VIDEO

Si analizamos bien este asunto, podemos encontrar varias razones y motivaciones expresadas en estas humillaciones públicas a los fieles tradicionales, como también algunas conclusiones:

1° Lo "ministros" de esta seudo iglesia católica desean expresar la nueva teología de la "Misa" que sustentan, donde se descree de la Presencia real de Cristo en las especies consagradas, la "hostia" es sólo un símbolo de confraternidad y unidad comunitaria, por lo que arrodillarse y recibirla en la boca es impropio.

2° Otros no quieren contagiarse o infectarse tomando contacto con la boca del comulgante.

3° La mayoría de los "ministros" desean reeducar a los fieles, presionándolos a modificar sus gestos y posturas dentro de sus ritos de culto nuevos.

4° Sorprende la falta de doctrina de esos fieles de devoción tradicional que aún no se dan cuenta que esa iglesia es otra religión, que en nada tiene ya de católica. 

Todo lo anterior podría justificarse en una religión que no pretendiera presentarse como la Iglesia Católica Romana. Pero sabemos que los actuales dignatarios y ministros de la Iglesia Conciliar nacida del Conciliábulo Vaticano II se presentan como católicos y quieren ser vistos como la Iglesia Católica de siempre, lo que nos lleva a denunciar desde la recta Doctrina católica algunas conclusiones:

1° La misa nueva nacida en 1969 no es el Santo Sacrificio del Altar católico, no hay transustanciación en la Consagración, el Hijo de Dios no se hace presente en el Pan y el Vino con su Alma, Cuerpo, Sangre y Divinidad, tan solo es un trozo de pan, es una Cena simbólica (ágape) protestante, de origen luterano, anglicano; además el celebrante ya no es sacerdote debidamente ordenado o consagrado en el Rito católico desde 1968. Por estas razones es providencial que estos ministros no permitan que los fieles se arrodillen para no caer en idolatría de adorar un mero pan.

2° El que estos ministros no quieran contagiarse de coronavirus deja en evidencia que no tienen la Fe Católica verdadera, como los Sagrados Ministros que desafían todo peligro o enfermedad por dar la Misa y la Comunión del Cuerpo de Cristo a los fieles católicos. El verdadero católico cree en el poder providente de Dios, sabe que Dios, si no lo permite, nada le puede pasar de malo. La Gloria de Dios y la salvación de las almas es lo primero.

3° Los que dirigen esa nueva religión detestan y odian todo lo que huela a catolicismo tradicional, y su desprecio por lo católico los lleva a las conductas más extremas de dureza, arbitrariedad y falta de caridad. 

4° Dios ha mostrado por todos los modos a los católicos sinceros que en esa iglesia Él ya no está. Ejemplos, la sodomización del clero, los "sacrilegios" en el culto, la disminución brutal de vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada, la apostasía en masa de católicos a las sectas protestantes u otras religiones, la descristianización acelerada de la sociedad, la apostasía de la jerarquía eclesiástica a niveles nunca vistos, etc. 

Una cultura religiosa deficiente y una obediencia ciega servil hace que la mayoría de los católicos insistan en permanecer unidos a una iglesia que creen que sigue siendo la iglesia católica verdadera. De ello tienen la mayor culpa el "clero" conservador que sigue después de sesenta años legitimando con su reconocer y resistir a la iglesia impostora.