viernes, 7 de enero de 2022

SUMA TEOLÓGICA DE SANTO TOMÁS DE AQUINO (VERSIÓN TRADICIONAL LEONINA): S. Th. I, q. 1 a.2 ¿Es ciencia la doctrina sagrada? (sigue del artículo 1)

 Continua Artículo siguiente a S. Th. I, q.1 a.1


La versión aquí utilizada se editó en Madrid entre los años 1880-1883, en cinco volúmenes, y es la primera y mejor edición en español de la Suma Teológica, editada por el Sr. Don Hilario Abad de Aparicio, traducida desde el latín según la edición leonina, publicada bajo los auspicios de S.S. León XIII. 
Don Hilario fue doctor en Derecho civil y en Derecho canónico, y abogado del Colegio de Abogados de Madrid.

Suma Teológica

Parte I

Cuestión 1 


📌📌📌


Artículo 2 (sigue al artículo 1)

Utrum sacra doctrina sit scientia
¿Es ciencia la doctrina sagrada?

Objeciones

S. Th. I, q. 1 a. 2 obi. 1

Ad secundum sic proceditur. Videtur quod sacra doctrina non sit scientia. Omnis enim scientia procedit ex principiis per se notis. Sed sacra doctrina procedit ex articulis fidei, qui non sunt per se noti, cum non ab omnibus concedantur, non enim omnium est fides, ut dicitur II Thessalon. III. Non igitur sacra doctrina est scientia.

Parece que la doctrina sagrada no es ciencia, porque toda ciencia procede de principios que son conocidos por sí mismos, en tanto que la doctrina sagrada está basada sobre algunos artículos de fe que no son admitidos por todos. Porque la fe no es de todos, como nos lo enseña San Pablo 2 Thes. 3,2; por consiguiente, la doctrina sagrada no es ciencia.

S. Th. I, q. 1 a. 2 obi. 2

Praeterea, scientia non est singularium. Sed sacra doctrina tractat de singularibus, puta de gestis Abrahae, Isaac et Iacob, et similibus. Ergo sacra doctrina non est scientia.

La ciencia no versa sobre cosas individuales. Pero la doctrina sagrada trata de hechos individuales, como las acciones de Abraham, de Isaac, de Jacob, y otras semejantes. Por consiguiente, la doctrina sagrada no es ciencia.

Por el contrario

S. Th. I, q. 1 a. 2 s. c.

Sed contra est quod Augustinus dicit, XIV de Trinitate, huic scientiae attribuitur illud tantummodo quo fides saluberrima gignitur, nutritur, defenditur, roboratur. Hoc autem ad nullam scientiam pertinet nisi ad sacram doctrinam. Ergo sacra doctrina est scientia.

Por el contrario, San Agustín dice De Trinitate l.14, c.1: A esta ciencia corresponde solamente aquello con lo cual la fe más saludable se engendra, nutre, defiende y corrobora. Estos caracteres no pueden aplicarse a ninguna otra ciencia sino a la doctrina sagrada. Por consiguiente, esta doctrina es ciencia.

Conclusión (Abad de Aparicio)

Conclusión. La doctrina sagrada es ciencia que dimana de los principios de la ciencia superior, que únicamente pertenece a Dios y a los bienaventurados.

Solución

S. Th. I, q. 1 a. 2 co.

Respondeo dicendum sacram doctrinam esse scientiam. Sed sciendum est quod duplex est scientiarum genus. Quaedam enim sunt, quae procedunt ex principiis notis lumine naturali intellectus, sicut arithmetica, geometria, et huiusmodi. Quaedam vero sunt, quae procedunt ex principiis notis lumine superioris scientiae, sicut perspectiva procedit ex principiis notificatis per geometriam, et musica ex principiis per arithmeticam notis. Et hoc modo sacra doctrina est scientia, quia procedit ex principiis notis lumine superioris scientiae, quae scilicet est scientia Dei et beatorum. Unde sicut musica credit principia tradita sibi ab arithmetico, ita doctrina sacra credit principia revelata sibi a Deo.

Responderemos que la doctrina sagrada es ciencia, pero debe saberse que hay dos clases de ciencia. Unas se fundan en principios que se conocen por las luces de la razón, como la aritmética, la geometría y otras análogas; Otras descansan sobre principios que no se conocen sino con el auxilio de una ciencia superior; así el dibujo toma sus principios de la geometría, y la música debe los suyos a la aritmética; en este sentido, la doctrina sagrada es una ciencia, porque procede de principios que nos son conocidos por medio de las luces de una ciencia superior, que es la de Dios y los bienaventurados. Por consiguiente, así como la música acepta los principios que le suministra la aritmética, del mismo modo la enseñanza sagrada acepta los principios que le han sido revelados por Dios.

Respuesta a las objeciones

S. Th. I, q. 1 a. 2 ad 1

Ad primum ergo dicendum quod principia cuiuslibet scientiae vel sunt nota per se, vel reducuntur ad notitiam superioris scientiae. Et talia sunt principia sacrae doctrinae, ut dictum est.

Al argumento 1º diremos que los principios de una ciencia cualquiera, o son conocidos por sí mismos o se reducen al conocimiento de una ciencia superior. Tales son los principios de la ciencia sagrada, como acabamos de decirlo.

S. Th. I, q. 1 a. 2 ad 2

Ad secundum dicendum quod singularia traduntur in sacra doctrina, non quia de eis principaliter tractetur, sed introducuntur tum in exemplum vitae, sicut in scientiis moralibus; tum etiam ad declarandum auctoritatem virorum per quos ad nos revelatio divina processit, super quam fundatur sacra Scriptura seu doctrina.

Al 2º que, si bien la doctrina sagrada refiere hechos individuales, no trata de ellos principalmente, sino que los cita ya para norma de la vida, como en las ciencias morales, ya para dar a conocer la autoridad de los hombres por cuyo medio la revelación divina, que es la base de la Sagrada Escritura y de la doctrina sagrada, ha llegado hasta nosotros.

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