lunes, 5 de agosto de 2024

LECTIO DIVINA SEMANAL, CORRESPONDIENTE AL SANTO EVANGELIO DEL DOMINGO XI DESPUÉS DE PENTECOSTÉS (04/08/2024)



La lectio divina es una lectura reflexiva y orante de algún pasaje de la Sagrada Escritura. Fue practicada por los monjes de vida contemplativa desde muy antiguo. Es un método para ponernos en la presencia Dios, a profundizar en su misterio, a confiar en su amor, a abrirnos a la escucha y reflexión de su Doctrina y a dialogar íntimamente con Él, dejando que su Espíritu nos santifique, nos oriente y transforme nuestra vida según su Santa Voluntad.

+++

Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
℟. Gloria a Ti, Señor.
Mc 7:31-37

En aquel tiempo: Dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano. Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y mirando al cielo, suspiró y le dijo: Effetá esto es, «ábrete». Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

℟. Alabanza a Ti, oh Cristo.

S. Por las palabras de este Evangelio, sean borrados nuestros pecados.

COMENTARIO

1.- La curación de este sordomudo, como todos los milagros de Jesús, demuestra su PODER DIVINO. Dice el Catecismo: "Dios puede hacer todo lo quiere; Dios es Omnipotente" (Todopoderoso).

Tenemos una prueba de ello en este milagro.

Es corriente hoy día hablar de milagro al encontrarnos ante una atrevida operación quirúrgica o un descubrimiento sensacional de la ciencia, tal como las aplicaciones de la energía atómica. Y la cosa no es tan disparatada.

Pero no hay que olvidar nunca que el hombre llega a esos resultados que llamamos milagrosos VALIENDOSE SIEMPRE DE LOS MEDIOS ADECUADOS y empleando siempre un gran lapso de tiempo, mientras que DIOS NI USA INSTRUMENTOS NI NECESITA DEL TIEMPO. Como creó con el solo PODER DE LA PALABRA, expresión de su mente divina, así realiza milagros sin otro imperio que el de la voz.

Aquí es verdad que Jesús utilizó medios: metió el dedo en la oreja del sordo y tocó con su saliva la lengua del mudo, pero ¡qué medios! No sólo son insignificantes, sino hasta contraproducentes humanamente hablando. Dios para obrar un milagro no necesita signos, si lo utiliza es para amoldarse a nuestra condición material.

Sólo es su palabra "¡Efeta!" lo que cura, es decir, aquello que piensa y quiere se hace realidad.

2.- Otra reflexión cabe hacer, y de la máxima importania: Jesús realiza todos sus milagros únicamente para hacer bien.

Sólo el demonio efectúa obras maravillosas para hacer mal. Y, en pos de él, solo los charlatanes, los magos, los brujos, los hombres malos, se sirven del poder para actos pecaminosos.

En cambio, "Dios no puede hacer el mal, porque no puede quererlo, siendo bondad infinita; pero lo tolera para dejar libres a las criaturas, sabiendo luego sacar el bien incluso del mal", como dice el Catecismo.

3.- Pero aquí se nos ocurre una pregunta que quema nuestros labios: "¿Por qué Dios, que es Bondad infinita y que sólo quiere el bien, no aplasta el mal, como una serpiente venenosa? ¡Le costaría tan poco! ¿Por qué, pues, no lo hace, mientras el mal atormenta terriblemente a los buenos y engendra el escándalo en sus corazones oprimidos?".

No es fácil contestar a tales preguntas que parten de corazones desgarrados. Pero, al menos, debe de ser fácil recordar que Dios tiene un concepto del bien muy distinto del nuestro, y además, debemos tener en cuenta que si Dios permite el mal es porque tiene razones para permitirlo.

Admiramos la omnipotencia de Dios cuan crea las obras de la naturaleza, cuando detiene las fuerzas encaminadas a la destrucción, cuando devuelve la salud a una pobre criatura languideciente, cuando desbarata los torpes designios del deshonesto, cuando rompe el yugo férreo de los violentos.

Pero no debemos olvidar nunca que para el Señor la paciencia del justo en medio de los padecimientos es un bien muchísimo mayor que la creación de un mundo, porque un mundo es cosa material, mientras que el acto de fe (convicción), esperanza (confianza) y de amor (darse, dar) de una criatura racional es una palpitación de vida que se eterniza.

Como incurriría en desatino un padre al inutilizar el esfuerzo del hijo empeñado en la realización de una obra de arte que le consume físicamentre, tampoco sería Dios, la Sabiduría y Bondad infinitas, si, por evitar a sus mejores hijos las persecusiones y sufrimientos, interrumpiese el largo y tenaz esfuerzo que ha de llevarlos a la perfección de su espíritu inmortal. LA VIRTUD SE EJERCE, SE DEMUESTRA Y SE ACRECIENTA ANTE LA PRUEBA Y LA EXIGENCIA.

4.- Ilustrados, pues, con estas consideraciones fundadas en la fe en la doctrina revelada, retrocedamos más bien al día de nuestro Bautismo, cuando el Sacerdote, en nombre de Dios, realizó sobre nosotros los mismos actos que Jesús con el sordomudo; y, conservando siempre vivo en nuestra mente el sentido de la vida sobrenatural que nos ha dado el Señor, movamos con la oración confiada, su Omnipotencia en nuestro auxilio, para que, pasando a través del fuego y del agua de la vida presente, podamos llegar, aureolados de belleza, a la patria del gozo eterno.

Fuente: Homilario dogmático, Mons. José Angrisani. Adaptado y completado por Benito Santomás.