viernes, 11 de febrero de 2022

11 DE FEBRERO: APARICIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA INMACULADA - NUESTRA SEÑORA DE LOURDES


SÚPLICA A NTRA. SEÑORA DEL LOURDES PARA IMPLORAR LA SALUD ESPIRITUAL Y CORPORAL DE UN ENFERMO

¡Oh amabilísima Virgen de Lourdes,
¡Madre de Dios y Madre nuestra!
Llenos de aflicción y con lágrimas fluyendo de los ojos, acudimos en las horas amargas de la enfermedad a tu maternal corazón, para pedirte que derrames a manos llenas el tesoro de tu misericordia sobre nosotros.
Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuches: pero acuérdate de que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Ti haya sido abandonado.
¡Madre tierna! ¡Madre bondadosa! ¡Madre dulcísima!
Ya que Dios obra por tu mano curaciones innumerables en la Gruta prodigiosa de Lourdes, sanando tantas víctimas del dolor, guarda también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo… (dígase el nombre del enfermo/a).
Alcánzale de tu Divino Hijo Jesucristo la deseada salud, si ha de ser para mayor gloria de Dios.
Pero mucho más, alcánzanos a todos el perdón de nuestros pecados, paciencia y resignación en los sufrimientos y sobre todo un amor grande y eterno a nuestro Dios, prisionero por nosotros en los Sagrarios.
Amén.

Virgen de Lourdes, ¡ruega por nosotros!
Consuelo de los afligidos, ¡ruega por nosotros!
Salud de los enfermos, ¡ruega por nosotros!
Rezar tres Avemarías.

📌📌📌
     
La historia de la aparición empieza cuando Bernardita, quien nació el 7 de enero de 1844, salió, junto a dos amigas, en búsqueda de leña en la Roca de Masabielle. Para ello, tenía que atravesar un pequeño río, pero como Bernardita sufría de asma, no podía meter los pies en agua fría, y las aguas de aquel riachuelo estaban muy heladas. Por eso ella se quedó a un lado del río, mientras las dos compañeras iban a buscar la leña.

Fue en ese momento, que Bernardita experimenta el encuentro con Nuestra Madre, experiencia que sellaría toda su vida, «sentí como un fuerte viento que me obligó a levantar la cabeza. Volví a mirar y vi que las ramas de espinas que rodeaban la gruta de la roca de Masabielle se estaban moviendo. En ese momento apareció en la gruta una bellísima Señora, tan hermosa, que cuando se le ha visto una vez, uno querría morirse con tal de lograr volverla a ver». «Ella venía toda vestida de blanco, con un cinturón azul, un rosario entre sus dedos y una rosa dorada en cada pie. Me saludó inclinando la cabeza. Yo, creyendo que estaba soñando, me restregué los ojos; pero levantando la vista vi de nuevo a la hermosa Señora que me sonreía y me hacía señas de que me acercara. Pero yo no me atrevía. No es que tuviera miedo, porque cuando uno tiene miedo huye, y yo me hubiera quedado allí mirándola toda la vida. Entonces se me ocurrió rezar y saqué el rosario. Me arrodillé. Vi que la Señora se santiguaba al mismo tiempo que yo lo hacía. Mientras iba pasando las cuentas de la camándula Ella escuchaba las Avemarías sin decir nada, pero pasando también por sus manos las cuentas del rosario. Y cuando yo decía el Gloria al Padre, Ella lo decía también, inclinando un poco la cabeza. Terminando el rosario, me sonrió otra vez y retrocediendo hacia las sombras de la gruta, desapareció».


Recreación gráfica de las primeras apariciones


A los pocos días, la Virgen vuelve a aparecer ante Bernardita en la misma gruta. Sin embargo, al enterarse su madre se disgustó mucho creyendo que su hija estaba inventando cuentos -aunque la verdad es que Bernardita no decía mentiras-, al mismo tiempo algunos pensaban que se trataba de un alma del purgatorio, y a Bernardita le fue prohibido volver a la roca y a la gruta de Masabielle.
A pesar de la prohibición, muchos amigos de Bernardita le pedían que vuelva a la gruta; ante ello, su mamá le dijo que consultara con su padre. El señor Soubiruos, después de pensar y dudar, le permitió volver el 18 de febrero.


Foto real de Bernardita antes de su ingreso a la Vida Religiosa

Esta vez, Bernardita fue acompañada por varias personas, que con rosarios y agua bendita esperaban aclarar y confirmar lo narrado. Al llegar todos los presentes comenzaron a rezar el rosario; es en ese momento que Nuestra Madre se aparece por tercera vez. Bernardita narra así esta aparición: «Cuando estábamos rezando el tercer misterio, la misma Señora vestida de blanco se hizo presente como la vez anterior. Yo exclamé: ‘Ahí está’. Pero los demás no la veían. Entonces una vecina me acercó el agua bendita y yo lancé unas gotas de dicha agua hacia la visión. La Señora se sonrió e hizo la señal de la cruz. Yo le dije: ‘Si vienes de parte de Dios, acércate’. Ella dio un paso hacia delante». Luego, la Virgen le dijo a Bernadette: «Ven aquí durante quince días seguidos». La niña le prometió hacerlo y la Señora le expresó «Yo te prometo que serás muy feliz, no en este mundo, sino en el otro». Luego de este intenso momento que cubrió a todos los presentes, la noticia de las apariciones se corrió por todo el pueblo, y muchos acudían a la gruta creyendo en el suceso, aunque otros se burlaban.

Entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858 hubo 18 apariciones. Éstas se caracterizaron por la sobriedad de las palabras de la Virgen, y por la aparición de una fuente de agua que brotó inesperadamente junto al lugar de las apariciones y que desde entonces es un lugar de referencia de innumerables milagros constatados por hombres de ciencia.

Lea y baje el maravilloso y documentado libro de Monseñor De Segur: "Ciento cincuenta milagros admirables de Nuestra Señora de Lourdes"


NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

Se encuentra en el condado de Hautes Pyrenées, Francia, muy famosa por las peregrinaciones que son el centro de eventos extraordinarios que han ocurrido y siguen ocurriendo ahí.

Historia

Las peregrinaciones a Lourdes comenzaron por las apariciones de la Bendita Virgen a una niña pobre de catorce años llamada Bernadette Soubiroux. La primera aparición ocurrió el 11 de febrero de 1858. Hubo un total de dieciocho apariciones; y la última se llevó acabo el 16 de julio, del mismo año. Bernadette a menudo caía en transe. La visión misteriosa que ella veía en el hueco de la piedra Massabielle era aquella de una joven muy bella. "La más bella que jamás he visto", dijo la niña. Pero la niña era la única que tenía la visión, a pesar de que a veces muchos estaban junto a ella. Ahora y antes la Virgen le hablaba a ella que la veía y ella era la única que escuchaba su voz. Así, ella un día le dijo a la niña que tomara del agua de una fuente misteriosa, de la misma de la gruta. La existencia de la fuente era desconocida, y aunque no había rastro de ella, brotó inmediatamente. En otra ocasión la Virgen mandó a Bernadette a que les dijera a los sacerdotes que quería que le construyeran una capilla en ese lugar y que se realizaran procesiones en la gruta. Al principio el clero estaba incrédulo. Fue cuatro años después en 1862, que el obispo de la diócesis declaró a los creyentes: "justifiquen la creencia de la realidad de la aparición". Una basílica se construyó sobre la roca de Massabielle por M. Peyramale, el sacerdote de la parroquia. En 1873 los grandes "nacionales" peregrinajes franceses fueron inaugurados. Tres años después se consagró la basílica y la estatua fue coronada solemnemente. En 1883 la piedra de cimentación de otra iglesia se colocó, ya que la primera no era lo suficientemente grande. Fue construida al pie de la basílica y se consagró en 1901 y se llamó la Iglesia del Rosario. El Papa León XIII autorizó un oficio especial y una Misa, en conmemoración de la aparición; y en 1907, San Pio X extendió el acatamiento de esta festividad a toda la Iglesia, ahora se conmemora el 11 de febrero.

Nunca antes un santuario ha atraído tales conglomeraciones. Al final del año de 1908, cuando se celebró la aparición número 50, aunque el registro de conteo se inició desde 1867, unos 5,297 peregrinos se habían registrado y estos habían traído 4,919,000 peregrinos. Peregrinos individuales son más numerosos por mucho a aquellos que venían en grupos. A ese número se le debe agregar los visitantes que no vienen como peregrinos, pero que fueron atraídos por un sentir religioso o en ocasiones por el deseo de conocer ese lugar tan famoso. La compañía de Chemins de Fer du Midi estima que la estación de Lourdes recibe más de un millón de viajeros por año. Cada nación en el mundo provee su contingente. Del total de los peregrinos que se mencionaron arriba, 464 vienen de países que no son Francia. Ellos son de Estados Unidos, Alemania, Bélgica, Austria, Hungría, España, Portugal, Italia, Inglaterra, Irlanda, Canadá, Brasil, Bolivia, etc. Los obispos guían el camino. Al final del año del 50 aniversario, 2013 prelados, incluyendo 546 arzobispos, 10 primados, 19 patriarcas, 69 cardenales, habían hecho la peregrinación a Lourdes. Pero más increíble aún que la multitud de peregrinos con la serie de acontecimientos maravillosos que tomaron lugar bajo la protección del celebrado santuario. Además de las curas espirituales, que no deben pasar desapercibidas por la observancia humana, debemos tomar en cuenta las curaciones a enfermedades físicas. El escritor de este articulo ha registrado cada recuperación, ya sea parcial o total, y en la primera mitad del siglo de la existencia del Santuario ha contado 3,962. Así, llevando muy cuidadosamente estadísticas que datan de nombres y apellidos de los pacientes que se curaron, la fecha de la cura, el nombre del padecimiento, y generalmente las opiniones del médico que estaba a cargo del caso, existen casos inevitablemente dudosos o erróneos, atribuidos, como regla, debido al estado de figuraciones o imaginación del afectado de los cuales a corto plazo se descartaron. Pero es lo correcto anotar que: primero, que estos errores son inevitables en estos casos y se refieren solamente a casos secundarios que no han sido las bases para estudios especiales; también debe notarse que el número de casos se iguala o excede por curas actuales que no se registraron. Los afectados que se recuperaron no son obligados a presentarse o registrarse y la mitad de ellos no lo hacen, en el buró de Constancias Médicas en Lourdes, y es de ahí de donde se realiza la lista de curaciones.

Se estima que aproximadamente 4,000 curas se han obtenido en Lourdes dentro de los primeros cincuenta años de las peregrinaciones, y es sin duda un número considerablemente inferior que el número actual. El buró de Constancias está ubicado cerca del santuario, y ahí están registrados y constatados los certificados de curaciones; además es gratis para todos los médicos, cualquiera sea su nacionalidad o sus creencias religiosas. Consecuentemente, en promedio, entre doscientos y trescientos médicos visitan anualmente esta maravillosa clínica. Con respecto a la naturaleza de las enfermedades que han sido curadas, desórdenes nerviosos que tan frecuentemente se mencionan, no abarcan ni la catorceava parte de todas las curaciones. 78 han sido contadas, de un total de 3,962. El presente autor ha publicado el número de casos de cada enfermedad, entre ellas la tuberculosis, tumores, heridas, cáncer, sordera, ceguera, etc. Los anuarios de Ciencias de Medicina, una revista escéptica cuyo jefe de Edición es el Profesor Ch. Richet, de la facultad Médica en Paris, dijo en el transcurso de un artículo extenso, a propósito de este estudio creyente: "Al leerlo, las mentes sin prejuicios no pueden más que estar convencidos que los hechos que se mencionan son auténticos".

Sus Casos

No existen causas naturales capaces de producir las curaciones que se presenciaron en Lourdes, que dispensan a una mente sin prejuicios de rastrearlo de vuelta en dirección a Dios. Aquellos que se rehúsan en creer en una intervención milagrosa, buscan primero una explicación científica de tales casos en la composición química del agua de la gruta. Pero después fue declarado oficialmente por un eminente químico que se le asignó el de realizar análisis al agua, y sus conclusiones han sido corroboradas, que el agua no contiene propiedades curativas de carácter natural. Luego los incrédulos dijeron, que quizás funciona por medio de su temperatura, o que los resultados obtenidos en Lourdes se pueden llevar a cabo por medio de los baños en agua fría. Aun, sin embargo, todo mundo sabe que la hidroterapia se practica en otros sitios que en Lourdes, y que no hace los milagros de curar todo tipo de enfermedad, desde cáncer a problemas que causan la ceguera. Aparte, muchos afectados han sido curados sin haber sigo inmersos en las tinas de la gruta, esto responde la pregunta. Por consiguiente, aquellos que niegan la intervención supernatural atribuyen los maravillosos resultados vistos en Lourdes a otras dos causas. La primera es autosugestión. A esto respondemos sin dudarlo que la autosugestión es radicalmente el no poder proveer a los que quieren una explicación. Omitiendo enfermedades nerviosas o funcionales, ya que están en la minoría de aquellas registradas que se curan en la Oficina Medica de la gruta, y el hecho que ahora estamos estableciendo no requiere que se tomen en cuenta, debemos enfocar nuestra atención a enfermedades orgánicas. ¿Puede la autosugestión usarse en enfermedades de esta naturaleza? La más enseñada y atrevida de los escépticos de hoy en día, Bernheim, un judío, rector de la famosa escuela de Nancy, el más próspero rival del Ecole de la Salpétrière, responde en negativa a veinte pasajes del libro en el cual él ha registrado los resultados de sus observaciones: "Hipnotismo, Autosugestión, Psicoterapia" (Paris, 1903, 2a edición). Estudiando su trabajo, también encontramos que la autosugestión tiene cabida para tener éxito, como en ciertas enfermedades funcionales, requiere la cooperación del tiempo, lo cura lentamente y progresivamente, mientras que las curas completas en Lourdes son instantáneas. Por lo tanto, curas de autosugestión no son una explicación válida. La autosugestión no opera en Lourdes; la causa que cura actúa diferente e infinitamente es más poderosa.

Existe un último recurso de tener una explicación a las leyes desconocidas en el decir, por ejemplo, "¿Cómo sabemos nosotros que algunas fuerzas naturales de las cuales todavía somos ignorantes no operan de forma maravillosa, las cuales son atribuidas directamente a Dios?" ¿Como sabemos? En primer lugar, si una ley de esta naturaleza existe, los peregrinos de Lourdes no serían conocedores de ello más que el resto de la humanidad; y tampoco conocerían cómo llevarlo a cabo. ¿Por qué esta ley operaría para ellos y no para otros? ¿Es porque ellos niegan su existencia y los otros sí creen en ello? Más aun, no solamente no existe, sino que no puede existir y por consecuencia nunca existirá, una ley natural que produce instantáneamente la regeneración de tejido lesionado, eso es por decir, la cura una enfermedad orgánica. ¿Por qué? Porque cualquier crecimiento y consecuentemente cualquier restauración del tejido de un organismo se logra -y esto es un hecho científico- por el incremento y crecimiento del protoplasma y células que componen cualquier cuerpo vivo. Todo existente protoplasma viene de algún otro o anterior protoplasma, y ese de algún otro anterior y así sucesivamente, desde el principio; esta regeneración (el hecho es evidente) son necesariamente sucesivos, esto es, que requieren de la cooperación del tiempo. Por lo tanto, para que una fuerza natural sea capaz de operar una repentina cura en una enfermedad orgánica, la base esencial de una vida como ésta en su presente creación debería de invalidarse; la naturaleza como la conocemos debería destruirse y otra creada en un plan diferente. Por lo tanto, la hipótesis de fuerzas desconocidas de la naturaleza no puede seguir adelante para explicar las curas instantáneas en Lourdes. Es lógicamente inaceptable. De hecho, no hay causa natural, conocida o desconocida, y es suficiente reconocer las curas maravillosas presenciadas al pie de la famosa roca donde la Inmaculada Virgen decidió aparecer. Sólo pueden provenir por la intervención de Dios.




SANTA BERBARDITA HACE 143 AÑOS QUE MURIÓ Y AÚN SU CUERPO ESTÁ INCORRUPTO


En 1925, luego de 46 años de fallecida, la Iglesia ordenó exhumar por segunda vez los restos de Bernardita con motivo de su beatificación, y su cuerpo seguía incorrupto, sin intervención humana.



Así luce Bernardette Soubirus desde que falleció en 1879 hasta ahora, como si estuviera sólo dormida.


Una vista de su cuerpo incorrupto dentro del sarcófago de cristal 



Una vista general del sarcófago de cristal que contiene el cuerpo incorrupto de la Santa, el 11 de diciembre de 1933 el Papa Pío XI proclamó infaliblemente su santidad.


LASSERRE, Notre-Dame de Lourdes; BOISSARIE, L'oeuvre de Lourdes; BERTRIN, Histoire critique des événements de Lourdes, apparitions et guérisons (Paris, 1909), tr. GIBBS; IDEM, Un miracle d'aujourd'hui avec une radiographie (Paris, 1909).

GEORGES BERTRIN Transcrito por Victoria Theresa Scarlett Dedicado a Lucille Chapman Jonas (1913-1995). Traducido por Lourdes Gómez

jueves, 10 de febrero de 2022

10 de febrero: Santa Escolástica de Nursia, primera Monja y Abadesa Benedictina


Santa Escolástica de Nursia, (480-543) Virgen. Primera monja y abadesa Benedictina

Por San Gregorio Magno (Papa) sabemos que esta santa, hermana gemela de San Benito, según la tradición, se consagró a Dios desde su más tierna edad. No se sabe si vivía en su casa o en alguna comunidad religiosa, pero sí hay datos de que cuando su hermano residió en Monte Casino, ella se hallaba en Plombariola, probablemente fundando y gobernando un monasterio, a unos ocho kilómetros de distancia del monasterio de San Benito. San Gregorio nos dice que San Benito era superior de monjas y de monjes, y parece evidente que Santa Escolástica debió ser la abadesa de las monjas dirigidas por su hermano. Tenía la costumbre de visitar a San Benito una vez al año, y como no estaba permitido que entrara al monasterio, él salía a su encuentro para llevarla a una casa de confianza, donde los hermanos pasaban la velada orando, cantando himnos de alabanza a Dios y discutiendo asuntos espirituales. San Gregorio en sus 👉 Diálogos hace una notable descripción de la última de estas visitas. Después de haber pasado el día como de costumbre, se sentaron a cenar y entonces Escolástica, presintiendo quizá que no volvería a ver a su hermano, rogó que no partiera aquella noche sino hasta el día siguiente, para tener la oportunidad de pasar el tiempo dialogando sobre los gozos del cielo. Benito no era capaz de quebrantar sus reglas pasando una noche fuera de su monasterio y como resultaran inútiles los ruegos de Escolástica, apeló a Dios con una ferviente oración para que interviniera en su ayuda. Apenas había terminado su plegaria, cuando estalló una tormenta tan violenta, que San Benito y sus compañeros se vieron obligados a quedarse en la celda. El santo increpó a Escolástica con estas palabras: "Dios te perdone, hermana; ¿qué has hecho?" A lo que ella respondió: "Te pedí un favor y me lo negaste. Se lo pedí a Dios y El me lo ha concedido". Convencido Benito de la intervención divina, se manifestó dispuesto a hacer lo que su hermana deseaba y ambos pasaron la noche hablando de las cosas santas y de los bienaventurados que ya gozaban de una felicidad, a la que ambos aspiraban ardientemente. Al salir el sol, se separaron y tres días después, Santa Escolástica murió. San Benito estaba en esos momentos solo en su celda, absorto en la oración y tuvo la visión del alma de su hermana ascendiendo al cielo con figura de paloma. Lleno de alegría, dio gracias a Dios y salió para anunciar a sus hermanos la muerte de Escolástica. Por mandato suyo, algunos monjes fueron a buscar el cuerpo y le dieron sepultura en una tumba que ya habían preparado. Ahí mismo fue enterrado San Benito cuando murió y, como dice el cronista: "Fue así como un mismo sepulcro reunió los cuerpos de aquellos cuyas almas habían estado siempre íntimamente unidas en el Señor". Al parecer, sus reliquias fueron trasladadas a Francia en el siglo VII y depositadas en Le Mans. No sabemos prácticamente nada de Santa Escolástica, excepto el resumen de los dos capítulos de Los Diálogos de San Gregorio, vol. II, pp. 33-34.

Ver: 


Oración a Santa Escolástica de Nursia

Oh Dios, que nos has mostrado hacia donde la inocencia conduce, Tú hiciste que el alma de la virgen Santa Escolástica se elevara al cielo como una paloma en vuelo. Obtenedme a través de ella por sus méritos y sus oraciones que podamos así vivir en la inocencia para lograr las alegrías eternas. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria


Monjas Benedictinas de régimen y liturgia tradicional en la actualidad. 

OSVALDO LIRA: SACERDOTE, GENIO, MAESTRO Y GRAN AMIGO por Pacomio

El CEBE, hoy, día de Santa Escolástica, hermana de San Benito, se honra en presentar un CICLO de conferencias, charlas, entrevistas y clases grabadas en audio y video del Rev. Padre Osvaldo Lira Pérezdentro del escaso material que se ha podido encontrar hasta ahora

Para mí, como dueño de este blog, constituye un significado muy especial el honrar su memoria y legado, por ser el padre Osvaldo mi pariente, mi maestro y mi gran amigo, el cual estará siempre en mis oraciones y en mi recuerdo.

Su estilo personal no era el de un cura santurrón, su genio era brillante, cultura amplia y variadísima,  mente lúcida y penetrante, memoria prodigiosa,  alma siempre libre, tajante y resolutivo, de nobles y caballerescos modales, exquisita sensibilidad estética y poética, franco, honesto y directo en sus dichos, nada en él era artificial o vanidoso, gustaba de la buena amistad y de una conversación amena y edificante, lapidario con sus adversarios, rudo con los estúpidos y los ignorantes soberbios, intolerante al error y la maldad, intransigente en los principios, odiado y amado para nadie indiferente, se arrodillaba ante Dios, pero nunca ante los hombres, generoso y confiado, leal a morir con sus amigos, viril y sin pelos en la lengua. Ese era Osvaldo Lira.

Como resumen de su vida entregada al conocimiento de la Verdad Divina y humana, podemos decir de él que hablaba y enseñaba como alguien que tiene autoridad, de modo semejante, guardando las proporciones, a como la gente hablaba de N.S. Jesucristo: «Y estaban asombrados de su doctrina, porque su modo de predicar era de gran autoridad» San Lucas 4, 32.

Sirvan estas publicaciones como un recordatorio de las Verdades Eternas, siempre actuales, frescas y necesarias a todo hombre y a toda época.

El editor.

📌📌📌

Empezaremos con el video-audio del Discurso que dio el P. Osvaldo Lira al recibir el Doctorado Scientiae et Honoris Causa en la Pontificia Universidad Católica de Chile el 4 de julio de 1989, duración 41 minutos.

PULSE EL VIDEO

👇👇👇


O PULSE EL LINK 👉https://youtu.be/F9ydb7C5gYo


SEMBLANZA GENERAL 

«Es hora ya de restablecer (…) conceptos en su valor originario (…). Desgraciadamente, por sabidos se callaron y, por callados, se olvidaron. Lo que procede ahora, por lo tanto, es proclamarlos de nuevo a voz en cuello». Estas palabras del padre Osvaldo Lira ―hoy más que nunca― representan quizás lo que ha venido ocurriendo desde hace algunos años en los sectores que de una u otra forma se oponen a las ideologías y los totalitarismos, especialmente de corte marxista. Tal vez la derecha se contentó por mucho tiempo con cómodas estrategias defensivas y con maniobras evasivas cuando se trata de los bienes más fundamentales para una sociedad justa y humana… La evasiva derivó en indiferencia, y de ahí al cambio de posición no hay más que un paso. Esto hace más oportuno que nunca recordar la figura de este polémico y llamativo personaje.


P. Osvaldo con parte de sus discípulos y amigos

Este mítico e irrepetible cura Lira, el padre Osvaldo, de los Sagrados Corazones, formó escuela en torno suyo a una pléyade de discípulos que como él fueron seducidos por el Tomismo, por sólo nombrar a algunos: Juan Antonio Widow, José Joaquín Ugarte, Juan Carlos Ossandón, Julio Retamal, Gonzalo Ibáñez, Jaime Guzmán y Andrés Allamand, aunque estos dos últimos, probablemente los más conocidos, fueron también los que más se distanciaron de su pensamiento al entrar en la política contingente.


Jaime Guzmán Errázuriz, alumno de los Sagrados Corazones o PP. franceses


Con todo, su vida marcó a muchos e, incluso, fue muy influyente en los rumbos de la historia de Chile. Basta con pensar en la influencia no menor que tuvo, ㅡ tan controvertida como otros aspectos de su vida ㅡ para la justificación filosófica del golpe militar que pondría fin a la Unidad Popular. Sus referencias a San Isidoro de Sevilla, a Santo Tomás de Aquino y a Vázquez de Mella fueron cruciales para tal apología, de la que el cura Lira fue protagonista indiscutido: «la legitimidad del poder tiene su trascendencia porque lleva como correlativo el de lo lícito de la sublevación».


P. Osvaldo Lira junto a su pariente y ex-alumno de los SSCC de Valparaíso, el General Augusto Pinochet


En ciertos ambientes universitarios hasta el día de hoy se repiten legendarias y sabrosas anécdotas en que aparecía con claridad su férreo carácter, su punzante ironía y su absoluta intransigencia frente al error, muchas veces acompañada de insultos dirigidas contra la estupidez y la arrogancia humanas. Esas historias, por las que él es conocido, suelen causar una primera impresión irrisoria en algunos y negativa en otros: un cura gruñón y muy terco, sobre todo en materias políticas, constituyendo muchas veces un prejuicio que impide evaluar objetivamente su obra filosófica oral y escrita en toda su densidad. Detrás de ese carácter bélico se escondía un pensamiento profundo, no sólo político, sino también filosófico y teológico, que eran los que fundamentaban adecuadamente sus ideas sobre la realidad y la vida en sociedad. A pesar de ser radical en sus concepciones sabía mantener una cálida y cercana amistad con muchos de sus adversarios, los cuales le tributaban una manifiesta admiración y respeto, como, por ejemplo, el Gran Maestre de la Masonería Marino Pizarro, elegido en 1990 Gran Maestro y reelegido en 1994 por la Gran Logia de Chile.

El padre Lira no solamente se caracterizaba por ese estilo combativo, sino también por la coherencia con su fe y por su sólido tomismo. Católico, porque era la cualidad que definía cada veta de su pensamiento, más allá de las divisiones ideológicas contingentes. Tomista, porque fue fiel a los principios, el método y las conclusiones del angélico doctor: su connaturalidad con él era total. Era un escolástico injertado en el siglo XX: de los que citan latines frecuentemente; de una claridad mental regida por perennes definiciones; de un pensamiento estructurado con la coherencia que sólo tienen los que dedican su inteligencia a la metafísica científica. Y es que la filosofía específicamente tomista es el mejor remedio frente a lo que el padre Osvaldo llamaba «raquitismo mental», tan propio de nuestra época, ahora peor que en sus días, que impide ir a las raíces de los problemas. Es también la mejor vacuna para prevenir la ideologización, que nubla los entendimientos, pues «el resumen de lo que es la metafísica tomista según la aguda observación de Chesterton [es] el sentido común estilizado».

No era un memorión repetidor de definiciones de manual tomista decadente. Las fórmulas hechas y definiciones reflejaban su estudio: rumiaba la literalidad de las palabras del Aquinate para extraer el néctar de su sabiduría. La filosofía perenne contiene una enorme riqueza precisamente por la exactitud de su lenguaje, el orden de sus conceptos, y la vigencia eternamente joven para cada época, en nada contrapuestos a la profundidad y exigencias de su verdad.

Un verdadero tomista ve la metafísica como scientia rectrix [ciencia rectora], tronco fundamental que conecta las más variadas ramas del conocimiento. Desde esa matriz se articulan y desprenden coherentemente los saberes de la filosofía práctica. Todos los escritos del padre Lira sobre estética, filosofía de la historia, filosofía política o filosofía del derecho se construyen con ladrillos metafísicos. Es más, precisamente en sus escritos de estas ramas filosóficas se percibe ese inconfundible sabor metafísico propiamente tomista: en su Ontología de la ley define la ley como «la determinación o configuración producida por la causa eficiente en el efecto»; en Catolicismo y Democracia describe el efecto de la gracia santificante o deiformante [divinizante]  como una «sobreexistencialización» [sobrenaturalización] de la persona racional humana; sus varios estudios de estética son iluminados por la noción trascendental de belleza; en Nostalgia de Vázquez de Mella explica la definición de sociedad como un todo sucesivo, vinculándola así con la tradición… En fin, podemos decir que toda su obra está marcada y elevada por este talante metafísico.

La influencia del padre Lira no solamente se debe a su estilo confrontacional, ni tampoco únicamente a sus ideas: es la unión de ambas cosas lo que causa ese efecto tan único. Decía que la verdad debe ser anunciada cabalmente, aunque algunos «se sientan ofendidos», aunque sea políticamente incorrecta, aunque nadie más la sostenga, aunque «perdamos adeptos», aunque escandalicemos: «¡Hay que escandalizar a veces! (…). ¡Cristo no rehúye el escándalo! (…) No hay que escandalizar a los niños (…) —el scandalum pusilorum—, pero el scandalum phariseorum, el escándalo de los fariseos hay que provocarlo (…): a ver si (…) dejan de ser fariseos».

En estos tiempos tan demenciales que nos ha tocado vivir, donde abunda el pensamiento débil y sensiblero, quizás ahora más que nunca en Chile deberíamos mirar al padre Lira. Restablecer los conceptos. Recuperar el vocabulario perdido de la filosofía perenne. Llamar a las cosas por su nombre… A este respecto cuando alguien le hacía ver su agnosticismo o escepticismo en la capacidad intelectual humana, inmediatamente lo remitía al diccionario como prueba fehaciente de que sí el hombre es capaz de saber y definir claramente las cosas. Insistía, ¡Perder el miedo de estar del lado de la verdad! Podemos debatir, podemos dialogar… incluso podemos ― ¡y debemos! ― rectificar si somos verdaderamente refutados. Pero no podemos perder nunca de vista que existe la verdad, que debe ser proclamada, mientras que el error debe ser combatido por imperativo de la Justicia y de la Caridad. Afirmaba que sólo la verdad tiene derecho, nunca el error y menos la mentira lo pueden tener. Es más, dicha actitud, aunque ruda, es más transparente y sincera que la hipocresía que muchas veces se esconde detrás de la falsa modestia y buenismo de quien afirma que no posee la verdad o que le es imposible conocerla o que es meramente opinable o que la verdad divide a las personas. «Nunca hemos sido proclives a inhibirnos en materias doctrinarias ni de adoptar, tampoco, actitudes falsamente prudenciales que, más bien, deberían calificarse de cobardes. Hemos sido, por el contrario, partidarios decididos de ajustarnos al consejo categórico de Cristo, de que lo que oímos en nuestros oídos, lo proclamemos sobre los techos». Muchas veces hace falta que en el debate público se hable sin miedo, sin eufemismo y sin exceso de respeto humano… sobre todo cuando se trata de la voz que grita las repercusiones públicas que tiene la fe católica, que de otro modo acabarán calladas, por calladas olvidadas y por olvidadas traicionadas. Hace falta, pues, alzar la copa del buen vino de la Verdad —esa Verdad que es Cristo mismo, el Dios que se hizo hombre— a la salud del padre Lira.

BIOGRAFÍA Y OBRAS

Osvaldo Lira Pérez SS.CC., nacido como José Luis Osvaldo Lira Pérez, en Santiago de Chile, 11 de febrero de 1904, fue un sacerdote católico, filósofo y teólogo chileno. Fue autor de numerosos textos teóricos y relacionados con autores de su disciplina, entre ellos Santo Tomás de Aquino, Ortega y Gasset y Juan Vázquez de Mella. Es conocido por ser uno de los mejores exponentes durante el siglo XX del tomismo a nivel mundial, también conocido por ser uno de los fundadores de la Universidad Santo Tomás (Chile, año 1988), conocido también por su categórica postura católica tradicionalista, corporativista y carlista,​ y por ser, igualmente, una figura descollante entre los intelectuales hispanoamericanos de nuestro tiempo. 


Osvaldo Lira, en su época de profesor universitario

Decía el padre que un verdadero católico debe ser totalitario e intolerante en el anuncio y defensa de la verdad en todos los planos. Cuando la verdad tranza con el error, quien pierde, siempre más, es la verdad entre los hombres, y sin verdad el hombre se vuelve esclavo de otros y de sí mismo. Y que la Fe católica, no es solo Religión, sino también obra de Civilización, llamada Cristiandad y en nosotros los hispanos la Hispanidad.

Dedicado principalmente a la filosofía,​ Lira estudió en profundidad la escuela escolástica --no aceptaba ser llamado neoescolástico o neotomista, por eso gustaba decir que él era un paleotomista, influenciado, sobre todo, por el auge del tomismo pedido por los Romanos Pontífices como remedio eficaz a los males modernos y que bebió durante su larga estadía en España.

Intentó sentar las bases filosóficas de un "tradicionalismo chileno" teniendo como mayor referente a Juan Vázquez de Mella. Esto, puesto que consideró necesaria la existencia de un pensamiento político nacional propio, capaz de refutar los postulados del humanismo cristiano de Jacques Maritain, cuyas ideas ya habían generado un drástico cambio en sectores del clero y de los laicos, por ejemplo, la Falange Nacional, convertido actualmente en el partido demócrata cristiano de tendencia marcadamente laicista, globalista, populista, con ideas liberales, socialistas y comunitaristas, con un estilo progresivamente izquierdista. Osvaldo Lira, por sus concepciones orgánicas de la democracia y su rechazo total a la democracia liberal, veía en Maritain un rival a derrotar dentro de su mismo plano de ideas, la escolástica, pero derivada en Maritain a un "humanismo cristiano" dúctil al mundo moderno, ideología que de cristiana sólo tiene el nombre, y que sólo ha servido para la descristianización acelerada de la Civilización Cristiana occidental.

Junto a Ramón Callís funda en 1952 el Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista, de abierta tendencia católica nacionalista y contrarrevolucionaria sólo en sus inicios, luego se fue alejando paulatinamente del pensamiento católico tradicionalista para derivar en una concepción corporativista de carácter fascista.

Infancia y juventud

El 11 de febrero de 1904 a las cinco de la mañana​ nació José Luis Osvaldo Lira Pérez en la casa de sus abuelos maternos, en la calle Catedral esquina Amunátegui (Catedral 1390) en la ciudad de Santiago. Sus padres fueron Luis Lira Luco y María Cristina Pérez Valdés, ambos devotos católicos. Luis Lira Luco fue tesorero de una institución de caballeros que administraba los hospitales y asilos antes de que surgiera el Ministerio Nacional de Salud. Fue este mismo día el de su bautismo​ que se realizó en la parroquia Santa Ana. Realizó sus primeros estudios en su hogar, donde aprendió a leer y escribir, además de todo el bagaje de oraciones y devociones de los católicos observantes.​ En su entorno familiar siempre lo llamaron Luis o Lucho.

Osvaldo Lira fue bisnieto del intendente, senador y ministro José Ramón Lira y tataranieto de José Miguel Carrera, padre de la patria e independista chileno que inició la independencia administrativa del Reino de Chile de España, pero de modo diferente, sin dejar de reconocer al Rey como Legítimo Soberano de la naciente República.

Educación y ordenación

En 1912, Lira ingresó al Colegio de los Sagrados Corazones, donde estuvo ocho años, destacando como el mejor alumno de su promoción. A sus 14 años de edad cursando el 5º año de humanidades, desarrolló su interés por la religión y la filosofía. Antes de ingresar como postulante en la congregación de los Padres Franceses su padre le solicitó que estudiara en la Universidad, cursando un año la carrera de ingeniería y al año siguiente la carrera de derecho. El 4 de mayo de 1922, a sus 18 años de edad, ingresó en el noviciado de la congregación abandonando los nombres de José Luis para conservar su tercer nombre otorgado en su bautismo, Osvaldo.

En el escolasticado [período de formación eclesiástica para novatos] de su congregación religiosa tuvo como profesores a los padres Adalberto Maury y Patricio Logan, ellos fueron claves para su formación sacerdotal. Y fue así como Osvaldo adquirió, estando aún en el seminario, el hábito de no conformarse con los simples manuales, los que no satisfacían sus inquietudes intelectuales, sino que iba directamente a la fuente: a las obras del aquinatense [Santo Tomás de Aquino].

Estando en el escolasticado fue profesor de castellano y cosmografía en el Colegio de los Sagrados Corazones de Valparaíso. Fue también profesor en el noviciado de sus propios compañeros en el curso de teología cuando el profesor titular, padre Maury, tuvo que ausentarse y fue designado para sustituirle. El 16 de diciembre de 1928, seis años después de haber ingresado en el noviciado, Osvaldo Lira fue ordenado sacerdote,​ y celebró su primera Misa en carácter de tal el 25 de diciembre del mismo año.

Inicios como profesor (1934-1939)

Lira inició su carrera docente en los colegios de la congregación ubicados en Valparaíso, Concepción y Santiago, radicándose en esta última en 1934. Durante esta época pudo profundizar sus conocimientos en filosofía, metafísica y teología dogmática.​ En vez de utilizar manuales, impartía clases recurriendo directamente a la Biblia y a las obras de Tomás de Aquino.

Según uno de sus discípulos, Juan Antonio Widow, hablando de Osvaldo Lira, dice: «Creo que no es posible entender la relación de ambos [Lira con Tomás de Aquino] si no vemos que Tomás ha sido, con su poder intercesor, el guía eficaz de los pasos de Osvaldo en la vía del conocimiento y del amor de la verdad. Ha sido para él algo semejante a lo que fue para Tobías el arcángel Rafael. Osvaldo ya no necesita consultar los escritos de Tomás para ver claro en las cuestiones que se le plantean: tiene un espíritu que ha llegado a ser naturalmente tomista».

La revista Estudios

En Santiago, Lira conoció a Julio Philippi y Jaime Eyzaguirre, quienes al igual que él compartían posturas conservadoras y opositoras hacia el liberalismo y a la democracia, y en el que colaborarían en un estudio profundo y debates acerca del rol de la Iglesia Católica dentro de la sociedad, específicamente en Chile.

La revista Estudios, fundada en 1932 y que duró hasta 1957, era una publicación del Centro de Estudios Religiosos que estaba vinculada al Partido Conservador y entre cuyos patrocinantes figuraban Ricardo Cox Méndez, Maximiano Errázuriz, Otto Hanish y Ricardo Salas Edwards. En su nota preliminar para una recopilación de escritos de Osvaldo Lira publicados en la revista Estudios, el profesor Cristián Garay señala que la mencionada revista fue rescatada del Centro de Estudios Religiosos por el historiador Jaime Eyzaguirre, quien tendría el control directo y la separaría del consejo a partir del número 13 correspondiente a noviembre-diciembre de 1933. En esta empresa sería apoyado por un grupo de jóvenes intelectuales católicos, tales como Julio Philippi y Armando Roa. Eyzaguirre permanecería a cargo de la revista hasta el número 244, correspondiente a enero-febrero de 1955.

Fue al tercer año de la publicación, específicamente para el número 24 correspondiente a octubre de 1934, que Lira escribiría en la revista por primera vez, siendo su primera publicación «Ernest Hello y el hombre mediocre».

«La apreciación de la Hispanidad se nos aparece como una actitud nueva entre los chilenos y entre todo el resto de los hispanoamericanos. No se remonta más allá de los años cuarenta, después que Ramiro de Maetzu escribió su admirable Defensa de la hispanidad. Éramos entonces un grupo de chilenos que nos reuníamos en torno a la revista Estudios, ya desaparecida, por desgracia. Y decimos que por desgracia porque por medio de ella se realizó una enorme labor aquí, en nuestra patria, abriendo las mentalidades —según lo ha señalado mis dos antecesores en esta tribuna— a nuestra verdad histórica, oscurecida entonces bajo una espesa cortina de prejuicios, ignorancias y claudicaciones de aquellos que preferían adular a los poderosos del momento antes que reconocer como nuestros genuinos y honrosísimos antepasados a quienes había constituido nuestras nacionalidades. La gran misión de Jaime Eyzaguirre fue señalar con claridad impresionante lo que era el fundamento de la nacionalidad chilena. Y los que colaboramos en la revista Estudios nos unimos en torno a su personalidad porque en ella veíamos y verificábamos la expresión de unos sentimientos, de una de las convicciones que había permaneció difusa y vagamente en nuestro espíritu, y que, en virtud de la labor de Jaime Eyzaguirre, se condensaron, adquirieron consistencia y precisión en virtud de ese catalizador que fue esa actitud serena, decidida, fundada en sólidos argumentos y poseedora de un profundo y certero sentido histórico frente a nuestra nacionalidad.» Osvaldo Lira, año 1978.

Vida en España (1940-1952)

Fue conocido tanto por tener ideas radicales como por tener un tono vehemente, lo que le produjo dificultades con sus superiores en la congregación, sumando a esto la gran popularidad que tenía con sus alumnos; según el profesor Gonzalo Ibáñez Santa María, nadie que le haya conocido ha permanecido indiferente ante él. En 1939, once años después de ordenarse sacerdote, años en los que el padre trabajó como profesor para la congregación de los Padres Franceses, decidió abandonar la congregación, considerando integrarse a los benedictinos o incorporarse al clero secular diocesano.

Fue monseñor Pío Fariña, obispo auxiliar de Santiago, quien le incitó a esperar. Un año después, en 1940 se decidió que "viajaría" a Europa, donde se presentaría ante el Superior General de la congregación. De acuerdo al historiador y escritor Julio Retamal Favereau fue decisiva la influencia de algunos altos dirigentes conservadores que tildaban al padre Lira de contestario y hasta de comunista, Retamal destaca que luego de este episodio el padre Lira nunca pensó en retirarse de la congregación, a pesar de que éste consideraba que jamás lo alentaron ni se preocuparon por su acción y producción intelectual.

En 1940 viajó a Europa con destino a Bélgica donde estuvo con sus superiores, el 15 de mayo se trasladó a España, gracias a la benevolencia de su Superior, antes de que Bélgica fuera invadida por los alemanes. En España viviría doce años, desde 1940 hasta 1952, residiendo en Miranda de Ebro y en Madrid, donde continuaría ejerciendo como profesor en los colegios de la congregación en ambas ciudades.​ Fue en este país donde logró completar sus conocimientos de teología escolástica y tomismo. Lira había escrito artículos para revistas y realizado traducciones de libros de autores católicos, pero fue en España donde escribió sus primeros libros, siendo el primero de ellos sobre un político español con quien el sacerdote compartía su ideal sociopolítico, Vázquez de Mella, titulando al libro Nostalgia de Vázquez de Mella. Según contaba Osvaldo Lira los mejores años de su vida los pasó en su amada España.

Viviendo en aquel país conoció a grandes escritores y músicos, estando entre los primeros Aleixandre, Dámaso Alonso y José María Pemán, y entre los segundos Joaquín Rodrigo, Ataúlfo Argenta y Joaquín Turina.

Durante su residencia en España y luego de publicar su obra sobre el político español Vázquez de Mella el padre Lira escribió otros tres libros: Visión política de Quevedo (1948), La Vida en torno (1949) e Hispanidad y mestizaje (1952). Lira no solo se dedicó a escribir libros relacionados directamente con política, ya que no era su único interés —tal cual lo demostraría con posteriores publicaciones— escribió libros relacionados con el arte y la poesía. Julio Retamal recuerda que el Padre solía visitar el Museo del Prado, por días enteros, e ir a exhibiciones pictóricas, también dedicó parte de su tiempo a estudiar tanto la pintura española contemporánea como la poesía, especialmente a Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén y Lope de Vega.

Regreso a Chile y activismo político

Luego de estar cerca de 12 años en España, sus superiores le ordenaron volver a Chile. A su regreso, en 1952, Lira se instaló en Valparaíso y se desempeñó como profesor en el Colegio de los Sagrados Corazones de Valparaíso, ejerciendo paralelamente como profesor de la Universidad Católica de la misma ciudad.

En 1957, Lira regresa a Santiago para establecer su residencia definitiva. En 1960 comenzó a hacer clases en la Pontificia Universidad Católica de Chile como profesor de metafísica, teodicea, ontología, gnoseología y estética en el Departamento de Filosofía. Su desempeño como profesor en la Universidad fue premiado en 1978 con el nombramiento de Profesor Emérito de la Facultad de Filosofía, y once años después, 1989, se le otorgaría el grado de Doctor Scientæ et Honoris Causa de la misma Universidad.

El 11 de agosto de 1967 alumnos de centro y de izquierda, dirigidos por el presidente de la Federación de Estudiantes (FEUC) se tomaron la Universidad, debido a ello la comunidad docente se reunió para determinar el rumbo a seguir. La Facultad de Filosofía y Educación se reunión en forma extraordinaria en un salón del Colegio de los SS.CC de Alameda, reunión en que el padre Lira estaba decidido a realizar una condena a estos universitarios, y los profesores de esa facultad terminaron condenando los hechos desatados por los estudiantes rebeldes.

Lira también fue contrario a los postulados de la Unidad Popular y al Presidente Salvador Allende, ya que creía que las políticas del gobierno eran contrarias al pensamiento de la Iglesia. Como parte de la oposición, Lira estimaba que Allende «debía retirarse a la vida privada o, si era necesario, debía ser depuesto por las Fuerzas Armadas». Según Julio Retamal, tras el golpe de Estado de 1973, «el mismo 11 de septiembre, el sacerdote hizo lo que el hombre no habría podido hacer y lo que no muchos hicieron: celebró una serie "gregoriana" de misas —a lo largo de varios días— por la salvación del alma del difunto presidente». Vale aquí resaltar que Lira tenía parentesco, simultáneamente, con Salvador Allende y Augusto Pinochet, según consta en recientes estudios genealógicos, aspecto totalmente desconocido para muchos.

La revista Tizona

La revista Tizona fue fundada por Juan Antonio Widow en 1958, con apoyo de su mentor, el padre Lira, quien eligió el nombre de la publicación. Desde ese año hasta el año siguiente se publicaron cuatro números, y luego reapareció entre 1969 y 1975.

Desde esta «trinchera» —como la llamaba Lira​— pudieron expresar sus opiniones contrarrevolucionarias tanto en materias universitarias como en religiosas, políticas y culturales. El grupo editorial y los escritores de la revista estaba constituido por un grupo de amigos cercanos a Lira. Sobre el alcance que tuvo la revista, Julio Retamal diría que tuvo algún eco en diversos medios, se publicó hasta después del Golpe de Estado en Chile de 1973. Luego, por razones estrictamente económicas, se suspendió la publicación.

Además, el sacerdote colaboró con revistas tales como Alférez, Cuadernos Hispanoamericanos, Revistas de Ideas Estéticas, Revista de Filosofía y Finis Terrae.

Últimos años y muerte (1986-1996)

En 1988 participó de la fundación de la Universidad Santo Tomás, asesorando a su fundador y posterior presidente de la Junta Directiva, Gerardo Rocha.

En 1994 la Universidad Adolfo Ibáñez en conjunto con la editorial Zig-Zag publicaron el libro "Padre Osvaldo Lira: En torno a su pensamiento. Homenaje en sus 90 años". Para su lanzamiento se realizó una ceremonia en el Museo de Artes Decorativas en Santiago el 18 de octubre.​ Los artículos fueron escritos por 35 profesores y amigos, entre ellos estaban Julio Retamal Favereau, Rafael Gambra, Enrique Díaz Araujo, Antonio Millán-Puelles, Miguel Ayuso, Alfredo Sáenz, Alejandro Guzmán Brito, Gonzalo Ibáñez Santa María, Juan Vicente Ugarte del Pino, Bernardino Bravo Lira, Cristián Garay Vera y Alberto Falcionelli.

El 20 de diciembre de 1996, Osvaldo Lira falleció en su ciudad natal, Santiago, a los 92 años.


PENSAMIENTO

Ideología política

Se autodefinía, soy testigo de ello, de modo gracioso, pero en serio, como católico, apostólico y romano, escolástico, paleo-tomista, tradicionalista, integrista, ultramontano, monárquico, carlista, corporativista, inquisitorial, antiliberal y anticomunista, nacionalista, hispanista, antidemocrático y carrerista, entre otros.

Osvaldo Lira es caracterizado políticamente por los especialistas como simultáneo adherente al tradicionalismo, carlismo y corporativismo, ya que fue influenciado por Juan Vázquez de Mella.

Lira inspiró algunos movimientos políticos. Fue asesor y cofundador del Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista,​ movimiento político de carácter nacionalsindicalista creado en 1949, al que Lira introdujo la doctrina de los cuerpos sociales, promoviendo que estos organismos tengan participación en la estructura política del Estado, pero de manera autónoma, corporativismo totalmente opuesto al corporativismo fascista y socialista, promovidos y dirigidos desde el Estado.

También fue un primer referente de Jaime Guzmán, el cual en su juventud se convirtió en un ferviente corporativista y carlista, creador del Movimiento Gremial de la Universidad Católica de Chile,​ y posteriormente fundador del partido Unión Demócrata Independiente (UDI). Lira conoció a Guzmán cuando éste era solo un niño, siendo incluso su acólito en misas, no obstante, lo cual, dicha relación e influencia decayó a partir de la participación de Guzmán como estudiante de derecho y líder estudiantil en la Pontificia Universidad Católica, donde concurrió a la fundación del gremialismo,​ propuesta ideológica de influencia liberal completamente divergente a la posición católica tradicional.

Opinión sobre el Concilio Vaticano II

En sus primeros años como profesor de la Universidad Católica, la Iglesia se reunió para realizar el Concilio Vaticano II, en el cual se tratarían supuestamente temas "pastorales", no dogmáticos. El Concilio se inició en 1962 y finalizó tres años después. Retamal recuerda que los cambios que más impactaron a Lira, en un principio, fueron los teológicos y, en menor grado, los litúrgicos.

«El Concilio Vaticano II hay que borrarlo todo de un plumazo. No hay nada que me interprete, salvo las cuestiones dogmáticas en que se cita a concilios anteriores. Hay cosas que las pudo haber redactado el más pintado de los liberales. Hubo malos manejos, hubo censura, hubo manipulación, se alteraron las comunicaciones. Lo que no sea dogma puedo borrarlo de un plumazo y no caer en herejía. Los papas que lo convocaron dijeron que era un concilio puramente pastoral. Sólo los dogmas de fe uno está obligado a acatarlos». Osvaldo Lira, 1993.

En cuanto a los cambios teológicos, Lira afirmó que la teología escolástica de Tomás de Aquino fue casi totalmente abandonada por el Concilio, y que ésta dio paso a nuevas teologías evolucionistas e inmanentistas y cada vez más modernistas y progresistas, donde Dios es reemplazado por el hombre, especialmente de la mano de la teología de la liberación y la teología de la muerte de Dios, lo que obviamente se alejaba de la doctrina de la fe y de la moral católica tradicional. En cuanto a los aspectos litúrgicos se opuso, debido a que, consideró que atentaban contra la prudencia y la legalidad litúrgica bimilenaria de la Iglesia católica, algo totalmente inédito en su historia. Julio Retamal diría que para Lira estos cambios estaban envueltos de un espíritu fantasioso y antitradicional que afectó radicalmente el sentido sacral y sacrificial de la Misa. Ante estos cambios, Lira continuó enseñando sobre la base de Santo Tomás y la Misa Tridentina la celebraría en privado de la misma forma, como siempre lo hizo. Pero el padre, como muchos otros sacerdotes tradicionalistas de entonces, se mantuvo obedeciendo a la Jerarquía de la Iglesia y en público celebraría la nueva Misa de Paulo VI, la cual nunca la aceptó de buena gana por razones doctrinales.

Cave aquí aclarar que la línea tradicionalista de Osvaldo Lira era la promovida por S. S. San Pío X, quien llamó católicos "tradicionalistas" a los católicos fieles a la ortodoxia de la fe y que se oponían al modernismo, resumen de todas las herejías, este tradicionalismo católico no tiene nada que ver con aquel otro "tradicionalismo" heterodoxo de L. E. Bautain (+1867) y A. Bonnetty (+ 1879) condenado por la Iglesia por postular que sólo la fe (fideísmo) y la tradición (revelación primigenia heredada y transmitida de nuestros antepasados) son los únicos medios para conocer con certeza a Dios, negando así, el valor de la razón natural (escepticismo) como medio eficaz de conocer a Dios. La fe para este tipo de tradicionalistas es solo fidusaria (solo confianza, sin verificar intelectualmente su credibilidad). Hasta el día de hoy hay numerosas fieles y hasta teólogos, filósofos e intelectuales que confunden y no diferencian estos dos tipos de tradicionalismos, lo cual lleva a diversos malentendidos y erradas interpretaciones.  


Padre Osvaldo celebrando la Santa Misa Romana tradicional, en lengua latina.

Con motivo del Concilio y sus reformas se formó la "Asociación Magníficat" en la que el sacerdote actuó como su principal asesor y capellán, la cual fue fundada para preservar la liturgia tradicional, anterior a la nueva de Pablo VI. Según Retamal, Lira nunca escatimó las críticas a quienes transgredían de manera evidente las normas religiosas dentro de la Iglesia, pero jamás pensó que ésa sucumbiría en su afirmación de la Verdad y su labor salvífica. Lira continuó combatiendo por la ortodoxia y la tradición, convirtiéndose en el mentor teológico de quienes se resistían a las reformas y revoluciones anticatólicas dentro de la misma Iglesia, pero se mantuvo firme en la doctrina y supo batallar dentro de las reglas de la disciplina y la obediencia, aunque al ver los serios desvaríos que provocaban las reformas del Concilio Vaticano II, prestó su apoyo personal al movimiento tradicionalista del Obispo francés Monseñor Marcel Lefebvre, a quien asesoró en algunas materias. Decía que la obediencia es una virtud, por lo que no tiene fundamento en sí misma sino en el fin a que se ordena, que es la Gloria de Dios y la salvación de las almas, y decía, cuando esa finalidad no se cumple la obediencia deja de ser virtud y se vuelve viciosa y corruptora, «Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hch 5, 29). La obediencia está al servicio de la Verdad y el Bien, no al servicio de las maquinaciones humanas ilegítimas, aunque vistan sotana. De igual modo, cerró filas con muchas organizaciones católicas y pensadores católicos, tanto eclesiásticos como seglares hispanoamericanos, con los cuales compartía esta preocupación por defender y resguardar la Doctrina de la Fe.

Problemas con el clero

En 1969 el Ordinario de Santiago, cardenal Raúl Silva Henríquez, excomulgó al tío de Lira, Salvador Valdés Morandé, por haber realizado fuertes críticas en contra de algunas actuaciones del clero en materias políticas y en otros planos, siendo la más conocida la que realizó en el libro La Compañía de Jesús, ¡Ay Jesús, qué compañía!  Este asunto fue resuelto, pero para Lira era una señal clara de hacia dónde querían algunos eclesiásticos que se orientaran «los signos de los tiempos», en palabras del concilio. Entre el clero chileno el P. Osvaldo, como es de suponer tuvo muchos amigos y varios enemigos, es el pan dulce y amargo de servir fielmente a Jesucristo.  

Corporativismo y oposición a la democracia ideológica

En la revista Estudios, Lira había escrito en numerosas ocasiones su postura a favor del tradicionalismo corporativista, dado a que consideraba que era un sistema de gobierno mejor que el de la democracia liberal, apuntado a que el individuo gozaría de mayor libertad y responsabilidad ante la autonomía de los cuerpos intermedios (familia, gremios, comarcas, universidades, empresas, etc.) del Estado y la preservación de las tradiciones. Junto con ello, manifestaba su rechazo a la idea de que una nación sea gobernada por una mayoría abstracta, circunstancial y manipulable.

Para Osvaldo Lira la masa no es ni puede ser inteligente porque está compuesta por los individuos de la mayoría, pues los individuos de la mayoría normalmente son incompetentes, ignorantes e incultos, profundamente afectados por el pecado original. La masa es inepta en su conjunto para juzgar los distintos problemas que plantea el gobierno de una nación. Para Osvaldo Lira no existen evidencias ni razones para sostener un optimismo antropológico que haga presumir la perfección moral del hombre sin la Redención de Cristo y el auxilio de su Gracia, por la triste realidad pecaminosa que pesa sobre el hombre caído desde su expulsión del paraíso.

Además, Lira se oponía a la democracia liberal porque ésta se basa en el artificio de la existencia de partidos políticos y un mayor pluralismo [relativismo] en la sociedad, lo que, según él, solo hace dividir y destruir los estamentos y clases sociales naturales de una nación, impidiendo que florezcan libre y empoderadamente sociedades o cuerpos intermedios, dejando al individuo indefenso frente al poder totalitario del Estado Moderno, provocando así, como consecuencia ineluctable, la destrucción progresiva de la civilización humana, construida lentamente por el paso de los siglos.

Edición de sus Obras Completas

En la actualidad sus Obras Completas están siendo editadas por la Editorial Tanto Monta. Proyecto a cargo de José Antonio Vidal, Ignacio Stevenson y Vicente Cordero. El año 2019 fueron editados los tomos II y III​ y se contemplan los demás tomos en los siguientes años.

Honores recibidos

En 1978 la Pontificia Universidad Católica de Chile lo nombró Profesor Emérito de la Facultad de Filosofía.
En 1989 la misma Universidad le otorgó el grado de Doctor Scientiae et Honoris Causa.
La Universidad Adolfo Ibáñez lo nombró Miembro Académico Honorario.
En 1994 la Universidad Adolfo Ibáñez lanzó un libro en su honor titulado "Padre Osvaldo Lira: En torno a su pensamiento. Homenaje en sus 90 años".
En 1996 fue condecorado con la Cruz de la Orden de la Legitimidad Proscrita por S.A.R. Sixto Enrique de Borbón, y en presencia del Príncipe.
El año 2004 se cumplieron cien años desde el nacimiento de José Luis Osvaldo Lira Pérez, para conmemorar la fecha se realizó una conferencia, con ponencias de sus discípulos, en la Universidad del Desarrollo.

Sus obras

Lira, Osvaldo (1942). Nostalgia de Vázquez de Mella. Santiago de Chile: Difusión Chilena [Colección Verbo]. p. 239.
Lira SS.CC., Osvaldo (1979). Nostalgia de Vázquez de Mella (2ª edición). Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello. p. 363.
Lira, Osvaldo (27 de abril de 2007). Fundación Fco. Elías de Tejada, ed. Nostalgia de Vázquez de Mella. Prólogo de Miguel Ayuso (3ª edición). Ediciones Nueva Hispanidad. p. 312. ISBN 978-987-1036-43-1.
Glorieux, Paul (1943). Cuerpo místico y apostolado: El dogma de la unidad cristiana expuesto a la juventud (Osvaldo Lira, trad.). San Sebastián: Pax [Colección Vida, 11]. pp. 146 pág.
Lira, Osvaldo (1948). Visión política de Quevedo. Madrid: Seminario de Problemas Hispanoamericanos [Cuadernos de Monografías, 3]. p. 286.
Lira, Osvaldo (1949). La vida en torno. Madrid: Revista de Occidente. p. 365.
Lira, Osvaldo (2004). La Vida en Torno. prólogo de Juan Antonio Widow (2ª edición). Santiago de Chile: Ediciones Centro de Estudios Bicentenario. pp. 186 págs. ISBN 956-8147-05-5.
Lira, Osvaldo (1952). Hispanidad y mestizaje, y otros ensayos, Madrid: Cultura Hispánica [Colección hombres e ideas]. p. 263.
Lira, Osvaldo (1965). Ortega en su espíritu. I: Metafísica y estética. Santiago de Chile: Pontificia Universidad Católica de Chile. p. 443.
Lira, Osvaldo (1967). Ortega en su espíritu. II: Psicología, gnoseología, política. Santiago de Chile: Pontificia Universidad Católica de Chile. p. 405.
Lira, Osvaldo (1969). Poesía y mística en Juan Ramón Jiménez. Santiago de Chile: Pontificia Universidad Católica de Chile [Ediciones del Centro de investigaciones estéticas]. p. 248.
Lira, Osvaldo (1974-1981). El misterio de la poesía. Santiago de Chile: Ediciones Nueva Universidad, Universidad Católica de Chile. pp. 3 vols.
Lira, Osvaldo (1977). Verdad y libertad. Santiago de Chile: Ediciones Nueva Universidad, Universidad Católica de Chile. p. 206.
Lira, Osvaldo (1981). De Santo Tomás a Velázquez, pasando por Lope de Vega. Santiago de Chile: Academia Superior de Ciencias Pedagógicas de Santiago. p. 205.
Lira, Osvaldo (1985). El orden político: ¿tradicionalismo? ¿fascismo? ¿democracia? Santiago de Chile: Editorial Covadonga. p. 196.
Lira, Osvaldo (1988). Catolicismo y democracia. Santiago de Chile: Corporación Estudios Nacionales. p. 178.
Lira, Osvaldo (1989). El respeto de la persona humana: mito y realidad desde la Revolución Francesa. Santiago de Chile: Corporación de Estudios de Formación Social. p. 89.
Lira, Osvaldo (1993). Derechos Humanos. Mito y Realidad. Chile: Nuevo Extremo. p. 197.
Parrini Roces, Vicente (enero de 1993). Matar al minotauro; Chile, Conversaciones con Antonio Bentué, Diamela Eltit, Humberto Giannini, Martin Hopenhayn, Osvaldo Lira. Santiago de Chile: Editorial Planeta Chilena SA. pp. 99 a 116. ISBN 956-247-089-X.

Artículos publicados

«La belleza, noción trascendental», Revista de Ideas Estéticas (Madrid), 1945, n.º 10, págs. 181-208.
«La monarquía de Quevedo», Revista de Estudios Políticos (Madrid), 1946, n.º 27-28, págs. 1-46.
Solovief, Vladimiro (1946). Rusia y la Iglesia universal (Instituto Sto. Tomás de Aquino, Córdoba (Rep. Arg.), trad.). prólogo de Osvaldo Lira. Madrid: Ediciones y Publicaciones Españolas. p. 425.
Estudio preliminar a Dante Alighieri, Tratado de monarquía, Instituto de Estudios Políticos [Biblioteca española de escritores políticos], Madrid 1947, 183 págs.
«Soloviev y la misión de Rusia», Estudios (Santiago de Chile), 1947, n.º 169-170, págs. 3-28.
«La actitud política de Maritain», Cuadernos Hispanoamericanos (Madrid), 1949, n.º 7, págs. 185-189.
«Aclaraciones sobre el carácter trascendental de la belleza», Revista de Filosofía del Instituto Luis Vives (Madrid), 1949, n.º 30, págs. 479-493.
«El cristianismo de José Ortega y Gasset», Finis Terrae (Universidad Católica de Chile), 1954, n.º 2, págs. 35-57.
«Nación y nacionalismo», páginas 19-66 de Enrique Campos Menéndez, Pensamiento Nacionalista, Gabriela Mistral, Santiago 1974, 330 págs.
Editor de El bien común, Segundas Jornadas de Derecho Natural, Ediciones Nueva Universidad, Universidad Católica de Chile 1975, 206 págs.
Reediciones
Osvaldo Lira (octubre de 1998). Escritos del Padre Osvaldo Lira en la Revista "Estudios". Universidad Bernardo O'Higgins. Instituto de Filosofía R.P. Osvaldo Lira, SS.CC., recopilación: profesor Cristián Garay Vera.
Osvaldo Lira (2019). Obras Completas. Tomo II. "Ontología de la Ley", "Escritos de Filosofía del derecho" y "Escritos de Filosofía de la Historia". Editorial Tanto Monta. Edición de José Antonio Vidal, Ignacio Stevenson y Vicente cordero.
Osvaldo Lira (2019). Obras Completas. Tomo III. "Nostalgia de Vázquez de Mella" y "Catolicismo y Democracia". Editorial Tanto Monta. Edición de José Antonio Vidal, Ignacio Stevenson y Vicente cordero.

REFERENCIAS

Bibliografía

VV. (1994). Padre Osvaldo Lira: en torno a su pensamiento. Homenaje en sus 90 años. Universidad Adolfo Ibáñez/Editorial Zig Zag. ISBN 956-12-0960-8.
Cristi, Renato; Ruiz, Carlos (2016). El pensamiento conservador en Chile. Seis ensayos. Santiago: Editorial Universitaria.
Gonzalo Ibáñez Santa María, Ricardo Krebs Wilkens, Juan Antonio Widow Antoncich (abril de 1995). R.P. Osvaldo Lira SS.CC, Discursos de homenaje con motivo de sus 90 años. Universidad Adolfo Ibáñez. Cuaderno de Humanidades N°2.
Gonzalo Ibáñez Santa María (1998). R.P. Osvaldo Lira P. Ecos de un magisterio, Ética y Política. Universidad Adolfo Ibáñez. INTUS – LEGERE, Anuario de Filosofía, historia y Letras, Número 1.
Osvaldo Lira (octubre de 1998). Escritos del Padre Osvaldo Lira en la Revista "Estudios". Universidad Bernardo O'Higgins. Instituto de Filosofía R.P. Osvaldo Lira, SS.CC., recopilación: profesor Cristián Garay Vera.
Gonzalo Ibáñez Santa María (1998). R.P. Osvaldo Lira P. Ecos de un magisterio, Ética y Política. Universidad Adolfo Ibáñez. INTUS – LEGERE, Anuario de Filosofía, historia y Letras, Número 1.
Garay Vera, Cristián (marzo-abril de 1994). La idea de Tradición en el P. Osvaldo Lira, SS.CC. Verbo.
José Luis Widow Lira, «Creación y ley en el pensamiento de Osvaldo Lira», revista Philosophica (Universidad Católica de Valparaíso), n.º 19-20.