Por Pacomio
P. ¿Cuál es el objetivo final en la vida?
R. El objetivo final en la vida es aceptar la doctrina de Cristo (eso es tener fe), así como vivir una vida absolutamente correcta (según los mandamientos y las virtudes) y morir en Gracia de Dios (sin pecados mortales); estos son los factores determinantes para saber si una persona irá al cielo o al infierno. Ver 👉 El liberalismo es pecado por el P. Sardá y Salvany.
P. Sólo los verdaderos católicos pueden realizar los verdaderos milagros que hizo nuestro Señor, ¿Cómo lo hacen?
R. Diciéndoles a los demás la verdad (el Espíritu Santo es el Espíritu de la Verdad), pueden curar a los «ciegos» y “abrir sus ojos», es decir, ayudarles a ver y entender, tanto en un sentido terrenal como espiritual. La vida extraordinaria de miles de santos es una prueba de ello.
P. ¿Cuál es el dogma clave para todos los verdaderos católicos de hoy?
R. El dogma de la infalibilidad papal es necesario para poder decir qué enseñanzas papales son verdaderas y cuáles rompen con la línea de la auténtica enseñanza católica. (Antes de octubre de 1958 = católico; después de octubre de 1958, ignóralos o lo lamentarás, lo lamentarás eternamente). Desde aquel entonces la herejía modernista predomina entre clérigos y seglares. La misma Iglesia enseña que la autoridad del Romano Pontífice no le permite cambiar la Doctrina ni tampoco inventar nuevas doctrinas. «Así el Espíritu Santo fue prometido a los sucesores de Pedro, no de manera que ellos pudieran, por revelación suya, dar a conocer alguna nueva doctrina, sino que, por asistencia suya, ellos pudieran guardar santamente y exponer fielmente la revelación transmitida por los Apóstoles, es decir, el depósito de la fe.» (Cf. Concilio Vaticano I, 👉 Const. Dogmática Pastor Aeternus, Sobre la autoridad infalible del Romano Pontífice, N°4 párrafo 6; 18 de julio de 1870).
P. Verdad o Mentira: Para un verdadero católico, nada sucede por accidente.
R. Verdad. No cae un gorrión sin que Dios lo sepa. Él sabe cuántos son los cabellos de tu cabeza. Nada puede existir sin que Dios le dé el ser y la existencia, en otras palabras, sin que lo quiera o permita que algo exista y realice su ser. «Sin mí nada podéis hacer.» (Juan 15, 5); «porque dentro de él vivimos, nos movemos, y existimos» (Hechos 17, 28); «Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.» (Mateo 10, 30); Sab_11:25 pues amas todo cuanto existe y nada aborreces de lo que has hecho, que no por odio hiciste cosa alguna. ¿Y cómo podría subsistir nada si tú no quisieras, o cómo podría conservarse sin ti?» (Sabiduría 11, 25)
P. Verdad o Mentira: las Cruzadas fueron la respuesta a más de dos siglos de agresión islámica.
R. Falso. ¡Fueron cuatro siglos! (de ataques, sin haber sido provocados, despiadados y brutales) e incidentalmente, los verdaderos católicos no luchan en las «guerras», ¡lanzan CRUZADAS! El cristiano no puede usar la violencia, pero si puede usar la fuerza legítima temporal para defenderse del mal, si las circunstancias no dejan otra alternativa.
El pacifismo y el exceso de indulgencia en este mundo no tiene fundamento en el Antiguo Testamento ni tampoco en el Nuevo: «Cuando un hombre valiente bien armado, guarda la entrada de su casa, todas las cosas están seguras» (Lucas 11, 21); «Viendo los que acompañaban a Jesús lo que iba a suceder, le dijeron: Señor, ¿heriremos con la espada?» (Lucas 22, 49); «Pedro que tenía una espada» (Juan 18,10); «haré descargar sobre vosotros la espada, que os castigará por haber roto mi alianza» (Levítico 26, 25); «Pues ahora, prosiguió Jesús, el que tiene bolsillo, llévelo, y también alforja; y el que no tiene espada, venda su túnica, y cómprela» (Lucas 22, 36); «habiendo formado de cuerdas como un azote, los echó a todos del templo, con las ovejas y bueyes, y derramó por el suelo el dinero de los cambistas, derribando las mesas». (Juan 2, 15); «No tenéis que pensar que yo haya venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra; pues he venido a separar al hijo de su padre, y a la hija de su madre, y a la nuera de su suegra; y los enemigos del hombre serán las personas de su misma casa» (Mateo 10, 34-36). «Porque el príncipe es un ministro de Dios puesto para tu bien. Pero si obras mal, tiembla; porque no en vano se ciñe la espada, siendo como es ministro de Dios, para ejercer su justicia castigando al que obra mal» (Romanos 13, 4); «¿Y qué más diré todavía? El tiempo me faltará si me pongo a discurrir ... los cuales POR LA FE conquistaron reinos, ejercitaron la justicia, alcanzaron las promesas, taparon las bocas de los leones, extinguieron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, ... se hicieron valientes en la guerra, desbarataron ejércitos extranjeros» (Hebreos 11, 32-34); «al que lo montaba se le concedió el poder de desterrar la paz de la tierra, y de hacer que los hombres se matasen unos a otros; y así, se le dio una gran espada» (Apocalipsis 6, 4); «Entonces Pedro le dijo: ¿Por qué os habéis concertado para tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los que enterraron a tu marido; y ellos mismos te llevarán a enterrar. Al momento cayó a sus pies, y expiró. Entretanto luego los mozos la encontraron muerta, y sacándola, la enterraron al lado de su marido. Lo que causó gran temor en toda la Iglesia y en todos los que tal suceso oyeron» (Hechos 5, 9-11).
P. ¿Cómo un católico verdadero debe leer la Sagrada Escritura?
R. Con el Catecismo en la mano, que es el resumen de las verdades de las enseñanzas de la Escritura. Con la confianza de un niño pequeño que cree todo lo que lee: Adán y Eva, el Arca de Noé, la Torre de Babel, tal como la Santa Virgen lo creyó y leyó. Siempre hubo una misma fe desde Adán y Eva hasta nuestros días. Sabemos que la Sagrada Escritura y a Sagrada Tradición son infalibles y exentas de todo error, son la Revelación Pública y única de Dios, y sabemos que Dios no puede engañarse ni engañarnos por ser la Suma Verdad y el Sumo Bien. La razón puede solo conocer las cosas accesibles al hombre, en cambio para conocer las cosas sobrenaturales solo sirve la fe. «Si os he hablado de cosas de la tierra, y no me creéis, ¿cómo me creeréis si os hablo de cosas del cielo?» (Juan 3, 12). No obstante, la fe no es ciega, el creyente no se opone a la razón, a diferencia del crédulo que descree del valor de la razón. «Desde la creación del mundo los atributos invisibles de Dios, tanto su eterno poder como su divinidad, se dejan ver a la inteligencia a través de las criaturas. De manera que son inexcusables» (Romanos 1, 20); «las obras que el Padre me puso en las manos para que las ejecutase, estas mismas obras maravillosas que yo hago, dan testimonio en mi favor de que me ha enviado al Padre» (Juan 5, 36).
Para saber que Dios existe no es necesaria la fe, pero para saber que Dios es Uno y Trino si es necesaria la fe. Un católico bien formado debe tener claro que la doctrina de la Iglesia, el dogma de la fe, es lo más seguro, no se puede leer la Santa Biblia sin la interpretación de la Iglesia, la cual posee únicamente el carisma de la asistencia de Dios Espíritu Santo para hacerlo correctamente. «Jesús en respuesta les dijo: ¿No veis que habéis caído en error, por no entender las Escrituras, ni el poder de Dios?» (Marcos 12, 24); «Debéis ante todo saber que ninguna profecía de la Escritura es de privada interpretación» (II Pedro 1, 20); «Es lo mismo que hablando de esto enseña en todas sus epístolas, en las cuales hay algunos puntos de difícil inteligencia, que hombres indoctos e inconstantes pervierten, no menos que las demás Escrituras, para su propia perdición» (II Pedro 3, 16); Y he aquí que encuentra a un etíope, eunuco, gran valido de Candace, reina de los etíopes, y superintendente de todos sus tesoros, el cual había venido a Jerusalén a adorar a Dios; y a la sazón se volvía, sentado en su carruaje, y leyendo al profeta Isaías. Entonces dijo el espíritu a Felipe: Date prisa y arrímate a ese carruaje. Acercándose, pues, Felipe, a toda prisa, oyó que iba leyendo en el profeta Isaías, y les dijo: ¿Te parece a ti que entiendes lo que vas leyendo? ¿Cómo lo he de entender, respondió él, si alguno no me lo explica? (Hechos 8, 27-31).
P. ¿Todos los hombres tienen la posibilidad de actuar con buena voluntad y aceptar la verdadera religión católica?
R. Sí, pero la mayoría no lo hacen. Algunos por desgracia abusando de su libre albedrío eligen el mal, otros eligen el mal con apariencia de bien. Ningún hombre carece de los auxilios para elegir el bien, Dios a nadie abandona, pero tampoco violenta la conciencia. La doctrina revelada por Dios la ha atestiguado con signos ciertos de su veracidad, como el testimonio de los testigos oculares, de los mártires, de los confesores, de los santos, de los profetas, de los apóstoles, de los innumerables y portentosos milagros, de la excelencia de la doctrina, moral y culto de la Iglesia católica, del magisterio infalible e inalterable de los Sumos Pontífices válidos y legítimos, etcétera. «Luego dice a Tomás: Trae acá tu dedo, mira mis manos; y trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino creyente» (Juan 20, 27); «A mí no me creéis, porque os digo la verdad. ...Pues si os digo la verdad, ¿por qué no me creéis?» (Juan 8, 45-46); «Pero entre vosotros hay algunos que no creen» (Juan 6, 64); «El que no está por mí, contra mí está» (Mateo 12, 30); «Y Jesús le dijo: "Si no viereis milagros y prodigios, no creéis” (Juan 4, 48); «Y no hizo allí muchos milagros a causa de la incredulidad de ellos» (Mateo 13, 58).
Es un engaño aceptar a Cristo y rechazar a su Iglesia, por Él fundada: «Y yo te digo que tú eres Pedro, y que sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; y las puertas o poder del infierno no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares sobre la tierra, será también atado en los cielos; y todo lo que desatares sobre la tierra, será también desatado en los cielos» (Mateo 16,18-19). Esto significa que Pedro y sus sucesores reciben la cuádruple potestad de enseñar como Doctor, santificar como Sumo Sacerdote, juzgar como como Sumo Juez, y regir como Rey Universal de creyentes y naciones de todo el mundo, en representación Vicaría de N. S. Jesucristo, Señor de señores y Rey de reyes. La coronación del Pontífice con la Tiara representa los cuatro poderes del Papado, tanto espirituales como temporales. «Id por todo el mundo; predicad el mensaje de salvación a todas las criaturas el que creyere y se bautizare se salvará; pero el que no creyere será condenado» (Marcos 16,15-16); «Aquellos, pues, que recibieron su doctrina, fueron bautizados; y se añadieron aquel día a la Iglesia cerca de tres mil personas» (Hechos 2, 41); «Velad sobre vosotros y sobre toda la grey, en la cual el Espíritu Santo os ha instituido obispos, para apacentar o gobernar la Iglesia de Dios, que ha ganado él con su propia sangre» (Hechos 20, 28).
P. La libertad real requiere algo. ¿Qué es?
R. Una verdadera educación y virtud católica, ya que el conocimiento es igual a la Verdad y cuanto más conocimiento católico y virtud católica tengas, más lejos estarás de la ignorancia y, por lo tanto, serás más libre para elegir lo bueno y verdadero. «Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8, 32); «Mi pueblo perece por falta de conocimiento» (Oseas 4, 6); «Obrad como hombres libres, y no como quienes hacen de la libertad un pretexto para la maldad, sino como siervos de Dios» (1 Pedro 2,16). Es éste un mal que difícilmente se cura, pues el hombre cree fácilmente que puede bastarse a sí mismo. Toda la Biblia enseña que tal es el peor de los males, puesto que la vida eterna consiste en el conocimiento de Dios, como lo dice expresamente nuestro Señor Jesucristo: «Y la vida eterna consiste en conocerte a ti, único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste» (Juan 17, 3).
P. Si una persona realmente desea seguir al Señor Jesús, ¿qué debe hacer?
R. Conviértase en un católico de antes del Vaticano II y crea firmemente y defienda el Dogma de la fe: TODOS los no católicos van al infierno PARA SIEMPRE porque no hay absolutamente ninguna salvación fuera de la verdadera Iglesia. Esa es la regla pública. Los casos excepcionales, si los hubiera, los sabe y los decide Dios soberanamente, no el hombre, aunque sean prelados de la Iglesia. En algo tan serio como nuestra salvación eterna no podemos sospechar que lo que Jesucristo nos mandó creer tenga apostar a lo probable, seguir el camino más seguro es lo más sensato. Jesucristo fue claro: «Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espaciosa la senda que lleva a la perdición, y son muchos los que por ella entran» (Mateo 7,13); «¡Qué estrecha es la puerta y qué angosta la senda que lleva a la vida, y cuan pocos los que dan con ella!» (Mateo 7,14); «Esforzaos a entrar por la puerta estrecha, porque os digo que muchos serán los que busquen entrar y no podrán» (Lucas 13, 24); «El que creyere y fuere bautizado, se salvará; mas el que no creyere, se condenará» (Juan 16, 16).
P. En estos Últimos Tiempos, ¿cómo deben vivir los verdaderos católicos?
R. Como verdaderos discípulos de Jesucristo crucificado, rechazando el Espíritu del mundo y poniendo en primer lugar la Gloria de Dios y la salvación del alma inmortal, y no la redención social del hombre ni la unión de la humanidad (ideal de la falsa Iglesia). «Por cierto, ¿de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?» (Marcos 8, 36); «No todo aquel que me dice: ¡Oh, Señor, ¡Señor! entrará por eso en el reino de los cielos; sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial, ése es el que entrará en el reino de los cielos. Muchos me dirán en aquel día del juicio: ¡Señor, Señor!, ¿pues no hemos nosotros profetizado en tu nombre, y lanzado en tu nombre los demonios, y hecho muchos milagros en tu nombre? Mas entonces yo les contestaré: Jamás os he conocido, apartaos de mí, hacedores de iniquidad.» (Mateo 7, 21-23). Dios desconoce a quienes desconocen su DOCTRINA, aunque digan ser de Cristo y hagan cosas extraordinarias en nombre de Él, sin Fe no se puede agradar a Dios, la fe fiduciaria no es suficiente si no se cree con asentimiento intelectual consciente, para que la fe sea meritoria exige el consentimiento del entendimiento y de la voluntad, que son actos propiamente espirituales del alma humana. La razón de lo anterior es que nadie puede amar y desear lo desconocido. «Pues sin fe es imposible agradar a Dios; por cuanto el que se llega a Dios debe creer que Dios existe, y que es remunerador de los que le buscan» (Hebreos 11, 6); «Por donde los que viven según la carne, no pueden agradar a Dios» (Romanos 8, 8).
La fe que nos pide Dios es espiritual no sentimental ni emocional según el hombre carnal. El creyente que le toca vivir en una época de herejía y confusión lo mejor es mantener firme en las tradiciones seguras. «Es necesario creer de corazón para justificarse, y confesar la fe con las palabras u obras para salvarse» (Romanos 10,10); «Guardad bien aquello que tenéis recibido de Dios hasta que Yo venga a pediros cuenta» (Apocalipsis 2, 25); «Así que, hermanos míos, estad firmes en la fe, y mantened las tradiciones o doctrinas que habéis aprendido, ora por medio de la predicación, ora por carta nuestra» (2 Tesalonicenses 2, 15); «Mas no es que haya otro evangelio, sino que hay algunos que os traen alborotados, y quieren trastornar el evangelio de Cristo; pero aun cuando nosotros mismos, o un ángel del cielo, si posible fuese, os predique un evangelio diferente del que nosotros os hemos anunciado, sea anatema (maldito). Os lo he dicho ya, y os lo repito: Cualquiera que os anuncie un evangelio diferente del que habéis recibido, sea anatema. Porque en fin ¿busco yo ahora la aprobación de los hombres, o de Dios? ¿Por ventura pretendo agradar a los hombres? Si todavía prosiguiese complaciendo a los hombres, no sería yo siervo de Cristo» (Gálatas 1, 7-10).
En estos tiempos peligrosos para la vida de fe hay que estar muy atentos a los falsos pastores y profetas: «Pues se levantarán falsos mesías y falsos profetas, y obrarán señales y portentos en razón de seducir, si posible fuera, a los elegidos» (Marcos 13, 22); «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestiduras de ovejas, mas de dentro son lobos rapaces» (Mateo 7, 15).
P. Verdad o Mentira: Un verdadero católico no debe aceptar la falsa religión del Vaticano II y la nueva «Misa» (el Novus Ordo Missae = misa del novus Ordo (que es protestante), como tampoco el nuevo orden mundial (anticristiano)= NOM).
R. Verdad. Todo esto no nos debiera sorprender, fuimos con mucho tiempo advertidos que llegaría el tiempo del fin de la Cristiandad, el ateísmo y laicismo de los Estados y Naciones, la Apostasía mayoritaria de prelados y seglares, la Gran Tribulación del anticristo, el Fin de los Tiempos (de los gentiles, que no es el fin del mundo), la falsa Iglesia "católica" (judaica, masónica, gnóstica) precursora del anticristo, del pequeño resto de fieles católicos (clero y laicos) que son la verdadera Iglesia Católica Romana, humilde, oculta sin del todo invisible, heroica en conservar intacto el dogma de la Fe. Todo aquello fue anunciado por las profecías del Antiguo Testamento, por N.S. Jesucristo, por los Apóstoles, por los Santos Padres de la patrística, por los Papas de los últimos siglos, por innumerables santos, místicos y doctores, por apariciones marianas privadas aprobadas por la Iglesia, y un largo etcétera.
En este blog encontrará abundante material que explica y profundiza cada uno de estos temas. «Porque serán tales las tribulaciones de aquellos días cuales no se han visto desde que Dios creó al mundo, hasta el presente, ni se verán» (Marcos 13, 19); «Así, pues, quien come el pan y bebe el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor» (I Corintios 11, 27); «Destruiréis enteramente todos los lugares donde las gentes que vais a desposeer han dado culto a sus dioses» (Deuteronomio 12, 2);
Eugenio Pacelli, Pío XII, 2 III 1939 - 9 X 1958: “Estoy obsesionado por las confidencias de la Virgen a Lucía, la niña de Fátima. La insistencia de Nuestra Señora ante el peligro que amenaza a la Iglesia es una advertencia divina contra el suicidio que supondría la alteración de la fe en su liturgia, su teología y su alma. Escucho a mi alrededor a los innovadores que quieren desmantelar la Capilla Sagrada, destruir la llama universal de la Iglesia, rechazar sus ornamentos, hacer que se arrepienta de su pasado histórico. Vendrá un día en que el mundo civilizado renegará de su Dios, en el que la Iglesia dudará como San Pedro dudó. Estará tentada a creer que el hombre se ha convertido en Dios, que su Hijo no es más que un símbolo, una filosofía como tantas otras, y en las iglesias los cristianos buscarán en vano la lamparilla donde Dios los espera y como María Magdalena gritarán ante la tumba vacía: ¿Dónde le han puesto?”. Mons. Eugenio Pacelli V.O.T. en 1938.
P. Cuando uno mira una moneda estadounidense y lee «En Dios confiamos», o dice «Una nación, bajo Dios» en el juramento de lealtad, ¿es ese Dios Jesucristo a quien se refiere?
R. ¡De ninguna manera! Ése es el Dios del Universo, Lucifer, el dios de los masones que fundaron los Estados Unidos de América. Todos nuestros "padres" fundadores fueron revolucionarios deístas y masones cuyo dios es Lucifer. La llamada "independencia" de nuestros pueblos de España contravinieron la prohibición del Romano Pontífice del momento. Perfectamente era posible una separación administrativa del Rey español, pero sin necesidad de independizar de toda la herencia religiosa, cultural y moral. Este es un ejemplo perfecto de cómo todos están engañados, excepto los verdaderos católicos. La Revolución Luciferina ha conspirado contra Cristo y su obra de salvación de las almas (la Iglesia católica) y su obra civilizadora. El Derecho Real de Cristo sobre las naciones como Creador y Redentor ha sido violada por el mundo moderno en nombre de un falso progreso, de una falsa libertad, igualdad y fraternidad. Ver las célebres Encíclicas Papales, tales como, 👉 Quas primas,👉Inmortale Dei, 👉Diuturnom illud, 👉Libertas , Humanum genus, y tantas otras.
P. ¿Por qué las personas sienten que los verdaderos católicos a veces son antagónicos o molestos?
R. Porque la mayoría de los hombres son realmente malos y no lo saben. «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino Dios» (Lucas 18,19).Tales personas realmente odian a Jesucristo (el Espíritu de la VERDAD), aunque ni siquiera lo saben, al decir que Jesús era un «hombre bueno», pero cuando se encuentran con Él a través de ti, recuérdalo, no eres TÚ a quien odian, sino a Cristo a quien tú tratas de seguir y hacer lo que Él te manda: «Todo aquel que no persevera en la doctrina de Cristo, sino que se aparta de ella, no tiene a Dios; el que persevera en ella, ése tiene, o posee dentro de sí al Padre y al Hijo. Si viene alguno a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le saludéis. Porque quien le saluda, comunica en cierto modo con sus acciones perversas» (2 Juan 1, 9-11); «Y vosotros seréis aborrecidos de todo el mundo por causa de mi nombre. Mas quien perseverare hasta el fin, éste será salvo» (Marcos 13,13); «Y ya se sabe que todos los que quieren vivir virtuosamente según Jesucristo, han de padecer persecución» (II Timoteo 3, 12); «Almas adúlteras y corrompidas, ¿no sabéis que el amor de este mundo es una enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios» (Santiago 4, 4).
P. ¿Qué dos cosas son lo que un verdadero católico nunca puede hacer, por muy grande que sea la fuerza de quien te lo ordena, sin importar cuán terrible pueda resultar para ti?
R. 1) Renegar de la fe (negar a Jesucristo y su doctrina= apostasía) y 2) Participar incluso con tu mera presencia, en un oficio religioso no católico, porque es un sacrilegio (communicatio in sacris=adorar una falsa deidad), por ejemplo, asistir al Novus Ordo Missae (Misa nueva) o a cualquier servicio religioso no católico. Ver: «Quien conoce el bien que debe hacer, y no lo hace, por lo mismo peca» (Santiago 4, 17); «Huye del hombre hereje, después de haberle corregido una y dos veces» (Tito 3, 10); «De nosotros salieron; pero no eran de nosotros; pues, si fueran de nosotros, hubieran permanecido con nosotros: —empero, para que se manifiesten que no son todos de entre nosotros» (1 Juan 2, 19); «A lo cual respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos 5, 29)»; «No adorarás ni darás culto a sus dioses; no imitarás sus obras, antes bien los destruirás y harás pedazos sus estatuas» (Éxodo 23, 24); «Quien ama al padre o a la madre más que a mí, no merece ser mío; y quien ama al hijo o a la hija más que a mí, tampoco merece ser mío» (Mateo 10, 37).
El ecumenismo que se practica hoy por la Iglesia del hombre está prohibido por la Iglesia católica (Cf. Mortalium Animos).
P. “Un verdadero Papa católico nunca te ordenaría que participes en un sacrilegio o cometas un pecado por obedecerle. Un verdadero obispo católico nunca permitiría tal cosa en su diócesis y un verdadero sacerdote católico nunca oficiaría una parodia y un verdadero católico (con respecto a la Nueva Misa protestante de Pablo VI) nunca asistiría a ella …
R. Hay pastores legítimos (que entran por la puerta) y hay falsos pastores que son ladrones y salteadores (que no entran por la puerta). Hay Papas legítimos (que son Vicarios de Cristo) y los hay ilegítimos (que son antipapas). A los primeros se les debe obediencia y sumisión, a los segundos no se les debe obedecer y deben ser denunciados públicamente: «En verdad, en verdad os digo, prosiguió Jesús, que quien no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que sube por otra parte, es un ladrón y salteador. Mas el que entra por la puerta, pastor es de las ovejas. A éste el portero [Jesucristo] le abre, y las ovejas escuchan su voz, y él llama por su nombre a las ovejas, y las saca fuera al pasto. Y cuando ha hecho salir sus ovejas, va delante de ellas y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas a un extraño no lo siguen, sino que huyen de él; porque no conocen la voz de los extraños» (Juan 10, 1-5).
No digamos que es imposible que haya antipapas, hasta ahora, han existido más de cuarenta reconocidos por la Iglesia durante su historia. Por todo lo expuesto, en estos momentos, serías irreverente o lo suficientemente ESTÚPIDO si estuvieras avalando con tu apoyo activo o pasivo tal cosa y con tu asistencia avalando el culto falso de la Contra-Iglesia Católica, excusándote en una obediencia viciosa, para nada virtuosa, o escudándote en la hipocresía de creerte ignorante como para tomar una postura radical. Actuando de ese modo no estarías con Jesucristo, sino que serías un traidor, como Judas: «Judas Iscariote, que fue el traidor» (Lucas 6,16); «Porque el que no está conmigo está contra mí» (Mateo 12, 30); «CUANDO EL ERROR NO ES COMBATIDO, TERMINA SIENDO ACEPTADO; CUANDO LA VERDAD NO ES DEFENDIDA, TERMINA SIENDO OPRIMIDA» (San Félix III, Papa)
Un candidato a Papa puede tener muchos defectos, hasta morales en su vida privada, pero nunca puede ser un infiltrado, un no católico, o un hereje público y manifiesto. Pero si una persona llega a ser Papa con engaño y fraude, automáticamente no recibe la potestad de Cristo, aunque haya sido elegido por una mayoría de prelados según las formalidades. (Cf. Bula Cum ex apostolatus officio de S. S Pablo IV, y Motu propio Inter Multíplices de S. S. San Pio V). Por tanto, ningún clérigo ―como ha ocurrido lamentablemente desde hace más de sesenta años gracias a la traición de la mayoría de la jerarquía eclesiástica, muchos de ellos judaizantes y masones―puede llegar a ser elegido un Papa legítimo, por el contrario, es un usurpador, un impostor de la Silla de San Pedro, sirviendo a intereses ajenos y contrarios a la Doctrina y Mandato de N.S Jesucristo.
Un Papa legítimo nunca puede enseñar herejías y descuidar el depositum fidei, el tesoro heredado de la Doctrina de Cristo y de sus Apóstoles. La infabilidad de enseñanza doctrinal y moral prometida por Cristo, que es Dios, a Pedro y sus Sucesores se los impide. Si así no fuera la Doctrina católica estaría en su historia expuesta al error, en palabras de Pío XII: «ello convertiría el mismo dogma en una caña agitada por el viento» (Cf. Carta Encíclica Humani Generis, n°11)
Continuará... 2da. Parte
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