TRIDUO A NUESTRO PADRE SAN BENITO
DÍA SEGUNDO
REFLEXIÓN
Meditemos hoy en la búsqueda constante que Ntro. P. San Benito tuvo de la gloria de Dios y la salvación de las almas. Alrededor de la cueva del santo en Subiaco (vivió tres años), acudieron muchos discípulos deseosos de imitar la vida de Benito. Esto le llevará a fundar el monasterio de Montecasino, que después irradiará su influjo con otros muchos monasterios, que serán semilleros de oración y trabajo (ORA ET LABORA), verdaderas escuelas del oficio o servicio divino (OPUS DEI).
SÚPLICAS
Oh, Patriarca de los Monjes, interceded por el Romano Pontificado, por su plena restitución con un Papa de recta y santa doctrina y a cuantos tienen un encargo jerárquico y ministerial en la Iglesia de Dios. Rogad a Dios que suscite santas vocaciones sacerdotales y religiosas entregadas plenamente con generosidad a la Voluntad de Dios, socorred a los seglares en esta hora de tinieblas de gran peligro para su fe.
Mirad desde el cielo la viña que plantó vuestra mano, multiplicad y santificad el número de vuestros hijos y que florezca en ellos el espíritu y fidelidad a la Santa Regla. Suplicad por la conversión de los malos católicos que se han alejado de Dios siguiendo al mundo, también por los rebeldes judíos y de todos los pecadores, especialmente por aquellos más engañados y dominados por Satanás.
Interceded por la conversión a Cristo Rey del mundo entero y alcanzadnos a todos vuestros fieles devotos una muerte santa como la vuestra, para que podamos gozar de vuestra compañía en el Cielo, con María Santísima y todos los santos.
(Pedid aquí la gracia particular que presentáis a la intercesión de San Benito. Luego rezad un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria).
Rogad por nosotros Padre San Benito, te lo suplicamos, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN FINAL
Señor, Dios Todopoderoso y Eterno que desead ser glorificado en vuestros santos haciéndoles partícipes de vuestro infinito amor y gozo, y de todas vuestras perfecciones. Vos que has ensalzado a vuestro fiel siervo Benito llenándole del Espíritu de todos los justos y concediéndole gran poder ante Vos para socorred a cuantos le invocan con fe y devoción, concedednos, Señor, por intercesión del glorioso patriarca la gracia de imitar sus virtudes y de recibir su particular protección ante los peligros de la carne, del mundo y del demonio. Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Ut in ómnibus glorificetur Deus (para que en todo sea Dios glorificado). Lema benedictino