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Descripción de la versión digitalizada
Título: La piedad cristiana.
Autor: OLGIATI, Mons. Francisco
Traducción de Juan C. Zuretti
Editorial: Editorial Difusión, Buenos Aires, 1946.
Contenido del libro:
Una obra más de Monseñor Olgiati, el infatigable apóstol de la populosa Milán. Fue verdaderamente admirable la actividad dinámica de este gran sacerdote. Enseñó en la Universidad del Sacro Cuore, escribió volúmenes de crítica filosófica, profundos y serenos; organizó y cultivó a sus queridos jóvenes, orientó sin cesar en las tareas ambiciosas de la Acción Católica italiana y nos repartió sus obritas de vulgarización en una continua siembra infatigable del bien.
La presente obra es del mismo corte que sus Silabarios, ya famosos. Cierto que ninguna supera al Silabario del Cristianismo, lo más logrado de su autor en este género; pero puede figurar honrosamente cerca de él. Una vulgarización de los grandes principios cristianos hecha con cierto sabor de altura y con un corte moderno inconfundible y atrayente. No es la disertación densa e indigesta. Por el contrario, la doctrina se salpica de referencias, de ejemplos, de alusiones que interesan y que invitan a seguir. Para todos los tipos de fieles, sobre todo estudiantes y amigos de la lectura, esta literatura de D. Olgiati es oportunísima.
El Libro se divide en dos grandes secciones, además de una introducción histórica sobre la piedad cristiana. La primera parte trata del espíritu de la verdadera piedad, y la segunda, de las prácticas más importantes de la misma. Un sentido de mesura y de equilibrio lo llena todo.
Nota:
Este es el tercer libro que llevamos digitalizado de las obras de Mons. Francesco Olgiati. Próximamente iremos publicando el resto de sus libros como un servicio al apostolado del buen libro católico; los cuales muchos de ellos, por desgracia, ya no son reeditados nuevamente.
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Semblanza del autor
MONSEÑOR FRANCESCO OLGIATI
Nació en Busto Arsizio, en la provincia de Varese, el 1 de enero de 1886, hijo de Giuseppe y Teresa Ferrario.
Después de terminar la escuela primaria, ingresó en el seminario, donde fue alumno de Carlo Dalmazio Minoretti, futuro cardenal y arzobispo de Génova. La primera parte de su formación terminó el 13 de junio de 1908, cuando fue ordenado sacerdote en la catedral de Milán por el cardenal Andrea Carlo Ferrari.
Ese mismo año conoció a Agostino Gemelli, con quien inmediatamente inició una amistad duradera, basada en compartir un ideal del catolicismo en el que la relación entre fe y política se refería explícitamente al modelo medieval de "sociedad orgánica". Ya a partir del año siguiente, sobre la base de ese acuerdo ideal, comenzó una fructífera y larga colaboración entre ambos. Olgiati comenzó a escribir para la Revista de filosofía neoescolástica y a dedicarse a las actividades de la Sociedad Italiana de Estudios Psicológicos y Religiosos, ambas fundadas poco antes por Gemelli (en 1909 y 1912 respectivamente).
En 1913 fue nombrado archivero de la Curia arzobispal de Milán, siendo al mismo tiempo director espiritual de la Marcelina.
En 1914 fundó la revista Vita e pensiero junto con Gemelli y Ludovico Necchi. El editorial inaugural, titulado Medioevalismo (1914, pp. 1-24), representaba en su título y contenido el manifiesto de un vasto proyecto de reconquista católica de la cultura italiana, con referencia a aquella visión que se reflejaba en el modelo medieval y era opuesto al liberalismo y la modernidad. También se incluía en este proyecto el objetivo totalmente moderno de fundar una universidad católica que, a través de la formación de las nuevas clases dominantes, pretendía dar a los católicos un lugar destacado en la vida cultural, social y política italiana.
Ya durante la guerra Gemelli, Necchi, Olgiati, junto con Armida Barelli y Ernesto Lombardo, trabajaron para crear esa universidad; El proyecto se concretó el 8 de diciembre de 1921 con la bendición del entonces cardenal Achille Ratti, ya cerca del trono.
Los análisis historiográficos de Olgiati sobre el movimiento católico, pero también su compromiso directo con el contexto social, se debieron al gran cambio que la entrada en política del mundo católico italiano había producido y seguía produciendo. Fue una oportunidad que tanto Olgiati como Gemelli aprovecharon de manera muy diferente a Luigi Sturzo: en 1919 publicaron un folleto conjunto, que criticaba el enfoque sturziano del Partido Popular, titulado El programa del Partido Popular Italiano: ¿cómo no? es y como debe ser, Milán 1919. En 1920 Olgiati y Gemelli crearon también La revista del clero italiano.
Mientras continuaban sus actividades en el campo cultural, Olgiati recibió su primer reconocimiento oficial de la Santa Sede: en 1922, Pío XI le concedió el título de ayuda de cámara secreto de Su Santidad. Desde 1923 fue canónigo honorario del capítulo metropolitano de Milán.
Desde 1922 fue miembro del comité permanente y de la junta directiva del Instituto de Estudios Superiores Giuseppe Toniolo, organismo financiador de la Universidad Católica (se convertiría en presidente tras la muerte de Gemelli en 1959), y desde 1924 tuvo un lugar en el consejo de administración de la universidad.
En la Católica asumió inmediatamente la tarea de enseñar metafísica. En 1924 -cuando para obtener el reconocimiento legal la universidad tuvo que homologar las cátedras con las de otras universidades- obtuvo el título de profesor de historia de la filosofía y amplió el número de sus cursos, asumiendo las enseñanzas de historia de la filosofía moderna, filosofía, religión y pedagogía y desde 1926-27 también la de filosofía del derecho. En 1930, tras superar un concurso universitario, en el que también participaron los filósofos Emilio Chiocchetti y Antonio Banfi, obtuvo la cátedra de historia de la filosofía moderna, convirtiéndose en profesor titular en 1933. La comisión examinadora estuvo compuesta por Giovanni Gentile, Armando Carlini y Augusto Guzzo.
En 1933, en el vigésimo quinto año de su sacerdocio, Pío XI también le concedió el título de protonotario apostólico. En 1940 recibió otro honor, esta vez de carácter secular, el de caballero de la Corona de Italia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1943-45, fue decano de la facultad de literatura y filosofía. Después de la liberación también ocupó temporalmente el cargo de prorrector.
En la década de 1950 recibió numerosos premios por su actividad docente, entre ellos, en 1955, la medalla de oro al mérito en la escuela, la cultura y el arte, a propuesta del entonces Ministro de Educación Pública, Paolo Rossi, y en 1958 la medalla de oro por los meritorios de la provincia de Milán. En 1960 el Ayuntamiento de Busto Arsizio le concedió la placa de oro de los ciudadanos meritorios y fue nombrado miembro de los consultores de la comisión pontificia de seminarios y universidades de estudios para la preparación del Concilio Vaticano II.
En 1960 enfermó y pasó gran parte de su tiempo en el retiro de verano de Santa Cristina di Borgomanero en la provincia de Novara. A pesar de su enfermedad, tras la muerte de Gemelli se vio obligado a seguir personalmente las obras de Toniolo y Cattolica. En 1961 dejó la docencia en la universidad.
Ese mismo año se realizó el proyecto concebido y deseado por Gemelli para la creación de la facultad de medicina, del que Olgiati, hospitalizado y operado en el Fatebenefratelli de Milán, dijo irónicamente que era el primer paciente.
Murió el 21 de mayo de 1962 en su casa de via Duomo 16 de Milán.