Continúa del (1) Capítulo preliminar (cliquee👉) § I. Idea general de la Metafísica, su nombre y origen.
§ II
Objeto, división y nombres de la Metafísica.
1º Objeto.
Despréndese de lo dicho en el párrafo anterior que el objeto propio de la Metafísica, considerada según toda su amplitud, es el ser abstraído o separado de toda materia, bien sea con separación lógica e ideal [conceptual], bien sea con separación real y efectiva.
De aquí se colige que su objeto incluye en cierto modo el objeto de todas las demás ciencias naturales (1); porque, en efecto, en este objeto se hallan incluidas las razones de esencia, unidad, causa, efecto, sustancia, existencia y otras análogas, que convienen también a los objetos particulares y concretos de las ciencias inferiores. Ni debe inferirse de aquí, que la Metafísica no sea una ciencia realmente distinta de las otras; porque, aunque los objetos respectivos de éstas se hallan incluidos implícitamente, en el sentido indicado, el objeto de la Metafísica, esto no impide que ésta considere dichos objetos en cuanto subordinados a la abstracción ab omni materia [de toda materia], y por consiguiente bajo una razón formal enteramente distinta de las demás ciencias. En otros términos: el objeto material [Materia o asunto de estudio] de la Metafísica se identifica, en parte, con el de las otras ciencias naturales; pero su objeto formal [aspecto de la materia o asunto que se estudia], que es el ente abstraído de toda materia, es propio y exclusivo de la misma.
{(1) Entiendo aquí por ciencias naturales las que el hombre puede adquirir con las fuerzas solas de su razón, y en este sentido tomaremos esta palabra siempre, a no ser que por los antecedentes u otras circunstancias se vea claramente que se hace alusión a lo que hoy se conoce ordinariamente bajo el nombre de ciencias naturales, como cuando se habla de ciencias físicas, exactas y naturales.}
2º División.
De lo expuesto acerca del objeto de la Metafísica, se infiere que ésta abraza dos partes, una que trata del ser separado de la materia con separación lógica o ideal solamente, y otra que trata del ser separado realmente de la materia. La primera llámase ordinariamente Ontología [significa "el estudio del ser". Esta palabra se forma a través de los términos griegos οντος, ontos, que significa ser, ente, y λóγος, logos, que significa estudio, discurso, ciencia, teoría], porque trata del ente en general y de las demás razones objetivas independientes de la materia en su concepto propio, como las razones o ideas de esencia, existencia, sustancia, accidente, posibilidad, imposibilidad, finidad e infinidad, causa, efecto, &c. La segunda constituye la Pneumatología [entiéndase el estudio filosófico del espíritu de un punto de vista racional natural] o ciencia de los espíritus [o seres reales espirituales]; más como el conocimiento del espíritu humano o alma racional, no puede ser completo si no es considerado simultáneamente como espíritu o ser independiente y separado de la materia, lo cual pertenece a la Pneumatología [como arriba vimos], y como parte integrante del hombre y principio de las varias funciones que ejerce mediante el cuerpo [alma+cuerpo= ser humano], de aquí es que se ha formado una ciencia especial llamada Psicología [entiéndase la psicología filosófica de estudio del alma humana, no la psicología experimental, disciplina científica que estudia los fenómenos psicológicos por medio del método experimental], que viene a participar de las ciencias físicas y de la Metafísica, reservando para ésta, en consecuencia, el conocimiento de Dios, que constituye la Teodicea [o teología racional natural].
Acomodándonos al uso generalmente adoptado, trataremos como parte de la Metafísica la Cosmología, o ciencia del mundo en general, por más que, en nuestra opinión, más bien que a la Metafísica, pertenece a las ciencias físicas, toda vez que sus investigaciones se refieren principalmente al mundo material y sensible. Sin embargo, puede decirse de ella, como hemos dicho de la Psicología, que puede considerarse como ciencia que participa por un lado de las ciencias físicas, y por otro participa de las ciencias metafísicas, a las cuales se aproxima, y entre las cuales puede enumerarse, ya porque el mundo encierra seres espirituales o inmateriales, ya, principalmente, porque aún en aquellas investigaciones que se refieren directamente al mundo material y sensible, considera las propiedades y relaciones más nobles y universales, algunas de las cuales hasta son independientes por su naturaleza de la materia, como se ve en las cuestiones relativas a la existencia temporal [tiempo] o eterna del mundo [eternidad], a su origen por creación, a su perfección, a su fin, a su finidad, &c. En resumen: trataremos de la Cosmología, considerándola como una ciencia metafísica imperfecta o secundum quid [segundo que, es decir algo respecto a algo o de algo], como decían los Escolásticos, sin perjuicio de opinar con éstos que le cuadra mejor el nombre de Physica generalis.
3º Nombres.
En relación con lo que se acaba de consignar acerca de la división y partes de la Metafísica, recibe ésta diferentes denominaciones. La Ontología puede y suele recibir el nombre de Metafísica General, en atención a que las ideas universalísimas que constituyen su objeto, tienen aplicaciones y sirven de base, no solo a las ciencias inferiores, sino a las otras partes de la Metafísica. Por el contrario, la Cosmología y la Teodicea juntas, constituyen la Metafísica Especial o particular.
Ya hemos dicho que la Cosmología puede apellidarse y la apellidaban los antiguos Física General, así como la Teodicea recibe alguna vez los nombres de Ciencia divina y de Teología natural.
Finalmente, tomando la Metafísica en sentido adecuado, según que abraza la general y la especial, era llamada por los antiguos Escolásticos Sabiduría, sapientia, por ser la más noble y elevada de las ciencias naturales, y porque circa maxima intelligibilia versatur [versa girando en torno a lo más inteligible], según la expresión de santo Tomás. Éste le da también con frecuencia el nombre de Prima Philosophia, Filosofía primera, ya porque sirve de base a las otras ciencias, suministrándoles las nociones e ideas más fundamentales y universales del orden científico, ya también porque, como dice el mismo santo doctor, «considera las causas primeras de las cosas:» primas rerum causas considerat.
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