MARTES SANTO
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Hoy Martes Santo, el CEBS le ofrece una obra célebre de la literatura del siglo XX, escrito por un filósofo ateo inglés converso al Cristianismo, C. S. Lewis, donde trata con mayor profundidad el sentido del sufrimiento humano.
El Editor.
Reseña y comentario del libro.
Es impresionante cómo alguien tan culto puede ser a la vez alguien tan humilde. Estamos acostumbrados a asociar la inteligencia con la frialdad que cuando leemos textos profundos, nos imaginamos a un autor distante y arrogante. Afortunadamente, no es el caso de grandes hombres de Dios, entre ellos, Clive Staples Lewis.
“El Problema del Dolor” es un pequeño libro lleno de enormes cuestionamientos que han pasado por la mente no solo del cristiano, sino de toda persona que se jacte de estar viva: ¿Qué es el dolor y por qué lo permite Dios? El enigma del dolor como fenómeno vital, real y misterioso es el capítulo introductorio de este interesante libro.
Para entender el problema del dolor, Lewis nos introduce con una pequeña porción de lo que él consideraba ser una respuesta elocuente mientras fue un incrédulo, a la pregunta “¿Por qué no creo en Dios?” para después regalarnos poco más de 150 páginas explicándonos por qué el dolor es parte de su creencia en Él.
Difícilmente encontramos testimonios que nos digan cuán grande es Dios aún cuando se vive en medio del dolor, así que entender realmente el problema del dolor se vuelve un tema crucial y Lewis nos empapa con la introducción al concepto de lo numinoso – un sentimiento de sobrecogi-miento ante lo divino-.
Una vez entendido este concepto, pasamos al tema de la omnipotencia divina y cómo suele ser atacada con un argumento del no creyente, que seguramente todos hemos escuchado alguna vez y que en resumen dice así:
“Si Dios existiera, no permitiría el mal”.
Pues bien, en este capítulo encontramos una gran apologética para responder esa pregunta. La verdad es que la existencia del mal no niega la existencia de Dios y éstas páginas serán de gran ayuda para contestar a ese argumento utilizando nuestra condición de autoconciencia y de libertad.
De aquí, pasaremos a la bondad divina. Maravilloso cómo hila el tema de la omnipotencia a la bondad divina y de ahí nos lleva en espiral de pecado (me recuerda a Carta a los Romanos capítulo 1) por la maldad humana, la caída, el dolor hasta el infierno y de nuevo subimos hasta el tema del cielo (sigo identificada con Romanos, en este caso, capítulo 8).
Pero, regresemos al tema de la bondad de Dios.
“Si Dios es amor, entonces es, por definición, algo más que mera condescendencia.”
Estos capítulos nos harán entender el concepto del amor divino y cómo nosotros somos el objeto de ese amor. Me parece una excelente idea que para tocar el tema del dolor, primero dejemos en claro que Dios nos ama y cómo ejerce ese amor a través de todos Sus atributos y características, así que estos primeros capítulos son de gran beneficio para la comprensión del resto del libro y sus temas oscuros.
De esos temas, he aquí el primero: la maldad humana. Vamos a iniciar una lectura, como me gusta llamarlas, exhortativa; porque siempre hay un espejo que tarde o temprano nos va a reflejar. Lewis nos ayudará a identificar ciertas ilusiones que son creadas por nuestra costumbre de negar parte de la responsabilidad que tenemos cuando nos negamos a obedecer a Dios. Vamos a leer sobre la caída humana y cómo nos sigue representando en muchas situaciones, vamos a pasar al tema del infierno y de cómo nos encantaría, al igual que a Lewis, que fuera removido de las Escrituras, pero como él mismo lo dice, hay demasiadas pruebas del infierno como para poder ignorarlo.
Lo interesante aquí, es que entre estos capítulos oscuros, además de las lecciones por aprender, hay un tratado del dolor que es bueno poder identificar.
Para las personas con sentimientos profundos hacia los animales, un tema que siempre nos remueve el corazón, es el dolor de estos seres. Me parece también que es un tema que pocas veces es tomado en cuenta en libros cristianos, pero es un tema que a todos nos conmueve. ¿Cuántas veces nos hemos preguntado sobre esto? Cabe resaltar el análisis que hace nuestro autor para abordar el tema del dolor animal y que podamos comprender que todo es parte de una naturaleza caída. Sutilmente aborda el tema de la ausencia de almas en los animales y de ahí parte para el estudio de este capítulo.
Terminamos la lectura del dolor con la llegada al cielo.
Lewis cierra su libro con un capítulo sobre cómo debemos hablar del cielo con orgullo, no con vergüenza ni con miedo a ser tildados de locos, lunáticos o soñadores. Así que el libro termina con un capítulo que motiva. Después de letras y letras desmenuzando el dolor, nos regala un cierre que convoca a la esperanza de la vida eterna.
Por Priscila Fonseca