Dios quiera que esta medida de la Iglesia Ecuménica de suprimir por completo la Misa Tridentina, la verdadera Misa católica, obligue a despertar y HUIR a todos aquellos católicos ciegos y serviles a los herejes modernistas con sus Antipapas post-vaticano II. Es evidente que desde Roncalli (Juan XXIII) hasta el actual Bergoglio (Francisco) los herejes y cismáticos modernistas han venido socavando y demoliendo todo lo genuinamente católico, pero lo han hecho, por cierto, de modo paulatino y estratégico, para así no espantar a los católicos serviles (falsa obediencia) cosa que les ha ayudado mucho por décadas a verse con legitimidad ante el resto de los católicos indoctos (que son la mayoría) y el mundo entero. Pero ahora con Francisco se sienten tan seguros en el poder que ya no les importa seguir ocultando sus verdaderos propósitos y manifestar abiertamente su odio y desprecio por todo lo católico tradicional. De hecho son ya otra religión.
La verdad es que desde la muerte del último Pontífice legítimo y válido, S.S. Pio XII, la Iglesia Católica Romana, la fundada por Nuestro Señor Jesucristo ya no está en Roma, como lo predijo nuestra Señora la Virgen María en La Salette ("Roma perderá la Fe y se convertirá en la Sede del Anticristo").
La realidad de la Iglesia verdadera es que está con la Sede de Pedro Vacante, se halla reducida por ahora a un pequeño resto de católicos fieles, despojada de sus bienes y templos, que irá aumentando en número poco a poco en la medida que la obra de las tinieblas concluya su Rebelión y llegue el momento que la Iglesia Católica vuelva a su pleno triunfo y restauración en el mundo entero.
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